Es evidente que en España tenemos un problema serio, una crisis monetaria salvaje de la que salir está costando ya casi una década. Y aún con eso, la crisis más dura no es económica. Es moral. Y de talento y carácter político.
Si los representantes del pueblo fueran de verdad políticos, en su mayoría, hubiéramos salido ya de la crisis. Y hace tiempo. Hubieran dado palos a los bancos y a las corporaciones internacionales que piensan por nosotros y hubieran abierto el crédito a las empresas y las personas físicas que lo necesitaban.
La situación es la que es. Es terrible, pero que nadie se sulfure. Ejemplos como los de Pedro Sánchez acudiendo a programas de altísima audiencia y nulo valor social, precisamente por ese mismo alto dato, o el ídolo de las masas y adalid de la libertad Pablo Iglesias yéndose a la sudamérica libre (SIC) a dar conferencias sobre vaya usted a saber qué… son sólo eso, ejemplos. Hay más, podemos hablar de Artur Mas y su enésimo intento de no enfadar a mi primo (lo digo porque yo también soy gordo y feo) de ER, o de Fabra cerrando a las bravas RTVV arrancando el cable porque no tenía más remedio que huir hacia delante al comprobar que Madrid lo dejó sólo ante los caballos…
Lamentablemente, son ejemplos reales. No hipótesis. Bueno, pues para ellos tengo una solución. Ni siquiera la describiré. Sólo les aconsejo ver el vídeo.
Siempre se dijo que una buena bofetada a tiempo quitaba mucha tontería. Pues este «artilugio de satisfacción personal para hombres» a lo mejor hace que nuestros representantes piensen un poco mejor al ir más aliviados…