Tomar decisiones de una forma eficaz ya que tomar decisiones implica perder algo pero, y es lo que realmente importa, es ganar mucho. Siempre aparece el miedo como respuesta y es este mismo el que nos bloquea.
Hay que tener en cuenta que nunca podremos tener toda la información que precisemos para tomar decisiones. Jugamos con lo que sabemos.
Es importante ser consciente a la hora de tomar decisiones y es que de la decisión tomada y acepte las consecuencias. Y no dejarnos llevar por un arrebato o por el hecho de que “todo el mundo lo hace”.
Para tomar decisiones hay que tener en cuenta éstos pasos a seguir:
Definir el problema: vamos a intentar responder a dos preguntas: ¿Cuál es realmente el problema? ¿Qué es lo que quiero conseguir? El problema debe ser concreto, específico. A veces definimos el problema con dos alternativas y ahí está el error. Por ejemplo: ¿Me separo o no? Error, la definición del problema es “Qué hacer con mi relación de pareja”
Búsqueda de alternativas: La idea es buscar el mayor número de alternativas. Siguiendo los principios de variabilidad, sin juicio y cantidad. En esta fase no decidas si es apropiada o no. Pedir opinión a otras personas, puede ayudarnos a buscar más alternativas.
Valorar las consecuencias de cada alternativa: Aquí valoramos dos cosas: Las expectativas o probabilidad de que ocurra cada alternativa generada en el paso anterior. Y el valor o la importancia que le damos a cada alternativa generada antes. La expectativa la mediremos del 0 al 10. Y el valor de -2 a +2.
Elegir la mejor alternativa posible: Hay que elegir la alternativa más adecuada. La suma de los dos valores de cada alternativa, vamos a elegir el dato más alto.
Aplicar y comprobar la alternativa: es el momento de poner en práctica la alternativa elegida. Evaluar las consecuencias y modificar aquellos aspectos que no nos gusten y poder aprender. Si el resultado no es satisfactorio, revisaremos si la definición del problema es la correcta
¿Qué decisión quieres tomar?
Texto por Marián Martín Soler