El pueblo valenciano, el Cap i Casal y todos los que formamos el Reino de Valencia, salimos a la calle cada 9 de octubre para conmemorar la entrada del Rey Jaime I en la ciudad en 1238, y la reconquista del Reino de Valencia para la Cristiandad. Algunos quieren manipular la historia y lo consiguen; otros sencillamente la desconocen y la enturbian; pero la historia son hechos comprobados que nos indican el camino seguido por el hombre en todo tiempo y lugar; y en nuestra tierra, en Valencia, el 9 de octubre no es una fecha reivindicativa, no es un día para confrontaciones, ni es la excusa de algunos para inventarse “países” inexistentes, o “reinos” que nunca fueron. Es nada menos que la fecha en la que un Rey cristiano liberó Valencia del sometimiento árabe, y conquistó para los valencianos una etapa de desarrollo y esplendor, siendo un territorio clave en la consolidación de la unidad de España.
Jaime I se encontró con un pueblo que le recibía esperanzado, y que ya hablaba una lengua (el romance), mezclada con palabras que pervivían del latín medieval del que derivaba, y quizás también con alguna influencia árabe, configurando el romanç valenciano, dando lugar a la lengua valenciana, con su Siglo de Oro posterior y su correspondiente gramática. Evidentemente –y aunque el “caduco” conseller Marzá se empeñe en lo contrario-, Jaime I y sus mesnadas no nos trajeron la lengua, ya que el catalán sencillamente no existía.
Cuando al emperador romano se le pedían cambios en el lenguaje en virtud de su poder, éste decía: “El emperador puede dar hasta la ciudadanía a la personas, pero no a las palabras”. Y del mismo modo, aunque se empeñen en falsear la realidad los políticos que “desgobiernan” Valencia, la verdad sólo tiene una cara: no hay unidad lingüística entre el catalán y el valenciano, y en VOX lo tenemos muy claro. Por eso, el pasado domingo en el Acto multitudinario que celebramos en Vistalegre, uno de los intervinientes manifestó que la inmersión lingüística en gallego, en vasco y en catalán, es un atentado a la libertad. Y en el caso valenciano más aún, porque se nos impide hablar con libertad en las dos lenguas que son nuestras: el castellano y el valenciano; el primero, porque es perseguido y se elimina de la educación, y el segundo porque quieren fulminarlo, imponiendo una unidad lingüística (desde todos los partidos que han gobernado tanto Valencia como el Gobierno de España), que es absolutamente falsa. Así está suscrito por VOX Valencia en el Manifiesto de Vilamarchant, y así ha sido suscrito desde siempre por VOX España.
Sin embargo, los PP y los C’s y los PSOE y los ultraizquierdistas-catalanistas de Compromís y Podemos, siguen empeñados en que los valencianos “somos tontos”, y que tienen que venir los catalanes a darnos lecciones. Pero ese es el peligro del débil y el riesgo del soberbio: los débiles y cómplices de supremacistas que chantajean a toda una nación, están consiguiendo que la nación esté cercana a su destrucción, y están dispuestos a regalar Valencia a esos chantajistas; y los soberbios se creen que todo es suyo porque pueden. ¡Qué equivocados están unos y otros! Los valencianos podemos ser tranquilos, sosegados, incluso algo pasotas; pero hasta que decimos ¡basta! Y cuando arrancamos, no hay quien nos detenga.
Ese momento ya ha llegado; y hoy, 9 de octubre de 2018, en el Te Deum de la Catedral –que a pesar de los sectarios de Ribó se mantiene (gracias a lo Rat Penat)-, conmemoramos el acto de ofrenda y Acción de Gracias del Rey Jaime I, cuando ganó la ciudad y conquistó todo el Reino de Valencia para la Fe cristiana; y en la Procesión Cívica por nuestras calles, VOX reivindica la dignidad de los valencianos, el orgullo de los valencianos, y la libertad para los valencianos. Ningún traidor de dentro, y ningún imperialista de fuera, van a someternos a la mentira y al olvido, porque “VALENCIA NO SE RINDE”.
VOX Valéncia desija a tots els valencians un feliç 9 d’octubre i un feliç dia dels enamorats (Feliç Sant Donís)