El presidente de la Diputación de Valencia, Jorge Rodríguez

El eterno debate sobre el futuro de las diputaciones reabre la polémica en Valencia

La posición de Ciudadanos de suprimir las diputaciones, como una de las condiciones para un pacto de Gobierno entre PSOE y la formación que lidera Albert Rivera, reabre la polémica sobre el futuro de la Diputación de Valencia. Ante las demandas del PPCV sobre una posición clara al respecto e incluso pedir dimisiones, el presidente de la instituciòn provincial, Jorge Rodríguez, ha respondido y ha manifestado que las corporaciones provinciales «no pueden desaparecer mientras no sean sustituidas por un órgano que cumpla sus funciones».

En un comunicado, ha defendido que «es imposible que desaparezcan del día a la noche sin que se vehiculice un organismo que asuma sus competencias», al tiempo que ha señalado que «lo que urge es definir de una vez qué competencias asume cada administración» y así «evitar duplicidades que generan una desconfianza absoluta por parte de la ciudadanía».

Para Rodríguez, las diputaciones «son esenciales en este momento para los municipios más pequeños y también para los medianos«, aunque considera que «el nombre no hace la cosa: lo esencial es garantizar el servicio que demos a los municipios con independencia de cómo se llame el órgano que los preste». «Pensar que las diputaciones son el problema de la administración pública española es un reduccionismo», ha destacado.

El presidente provincial ha insistido así en que no comulga con el «falso patrimonio de las administraciones», porque entiende que «el dinero que gestionan las diputaciones no es de ellas, ni el de la Generalitat de la Generalitat, ni el de los ayuntamientos de los ayuntamientos: el dinero siempre sale del mismo sitio, de lo que pagan los ciudadanos». Por eso, a su juicio, «lo normal es que las administraciones cooperen y no compitan entre sí».

Ejemplo de corrdinación

Jorge Rodríguez ha destacado que «si se produce esa coordinación, los servicios pueden prestarse con mayor eficacia», sobre lo que ha puesto como ejemplo el programa Xarxa Llibres impulsado por la Generalitat o el Plan Conjunto de Empleo de las Administraciones Públicas. «No hablamos de un invento, sino de algo gestado y que ha dado buenos resultados, como estos programas que tienen mucha más potencia y llegan a más personas al existir coordinación», ha añadido.

El consejo de alcaldes

En el caso de que finalmente desaparezcan las diputaciones, el presidente ha asegurado que «crear un consejo de alcaldes de municipios de menos de 20.000 habitantes supondría cambiar el nombre a la cosa».

En este sentido, se ha preguntado «¿qué pasará en los municipios de menos de 5.000 habitantes si cierran las diputaciones?», y ha respondido que «muchos no podrían permitirse los servicios que prestan a sus vecinos». Por tanto, ha incidido en que su propuesta «se centra en ser sensibles con estos municipios, sea desde las diputaciones o los consejos de alcaldes«. Menos abiertos al diálogo se muestran los presidentes de la Diputación de Alicante y Castellón, César Sanchez y Jorge Moliner, quienes amenazan con tomar medidas contra la abolición de estas corporaciones.

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