La Federación pedirá a Ribó un plan global para abordar el problema de las terrazas ante los escasos avances

  • La presidenta, María José Broseta, lamenta que las medidas acordadas en el último año para reducir la masificación de mesas y sillas no se han traducido en mejoras a pie de calle.

La Federación de Vecinos, junto a las AAVV de Benimaclet, Russafa y Amics del Carme, ha trasladado este lunes al concejal de Espacio Público, Carlos Galiana, el malestar de los vecinos y vecinas de los barrios ante la falta de respuesta efectiva por parte del Ayuntamiento ante los problemas de sobreocupación del espacio público. Un problema que sigue creciendo en calles como Moratín o Doctor Vicente Zaragoza.

Al respecto, las entidades vecinales han vuelto a ofrecer colaboración y ante el malestar mostrado y dado que al parecer uno de los problemas detectados es la falta de coordinación entre concejalías, se ha acordado con Galiana solicitar una nueva reunión con el Alcalde de forma urgente.

Durante un año se han realizado reuniones mensuales con el concejal responsable del Espacio Público Carlos Galiana, con el compromiso de fijar criterios razonables y consensuados con la Federación de Hostelería, para reducir la sobreocupación abusiva que padecen muchas calles y plazas de la ciudad, especialmente en algunos de sus barrios más emblemáticos.

  • La entidad, junto a dirigentes vecinales de otras zonas con problemas, solicitará una reunión con el alcalde y los ediles implicados con el objetivo de coordinar las acciones.

Mes a mes se han puesto sobre la mesa los puntos críticos que hacían difícil la convivencia y el propio disfrute de la calle y se han alcanzado acuerdos sobre propuestas concretas de reducción, fijando límites máximos a la ocupación del espacio público y de distancias mínimas entre terrazas. Criterios que a juicio de la Federación, no se han visto aplicados en la calle por la desidia o descoordinación municipal.

A día de hoy todo sigue igual que hace un año, y en algunos puntos incluso peor.

Entrar o salir de casa, sentarse en un banco, jugar o pasear por la calle o, sencillamente, pararse a conversar con una vecina o vecino siguen siendo, un año después, rutinas difíciles sino imposibles en la mayor parte de Ciutat Vella y en no pocas calles o plazas de Russafa, Benimaclet o Xúquer.

La calle, el espacio público, antes lugar de encuentro y de vecindad son ahora, y antes que nada, oportunidad para el negocio. Incluso el derecho a la intimidad, a vivir tranquilo en tu propia casa queda supeditado a los usos horarios de la explotación económica de la vía pública.

Con una calculada lentitud el Ayuntamiento dice querer poner orden en la invasión de terrazas y cacharrería publicitaria que padecen muchos puntos de la ciudad, pero los incumplimientos (y abusos) son la norma y el procedimiento sancionador el gran ausente.

Sin embargo, la Federación de Vecinos no quiere ser cómplice de esta simulación de parecer que se hace algo, cuando en realidad se rema en la dirección contraria. Pese a todo, seguirá asistiendo a las reuniones que se convoquen, pero en este caso, para denunciar, con documentos y fotografías, que no se está conforme con la degradación consentida que se está imponiendo en las calles.

Ir arriba