Refugio antiaéreo del IES Lluís Vives

Piden un régimen de visitas regulado para el refugio del IES Lluís Vives

El refugio antiaéreo conservado bajo el patio del Instituto Lluís Vives, en el barrio de Sant Francesc, es uno de los más interesantes de la ciudad por su tamaño, modelo abovedado y buen estado de conservación, pero aunque el centro educativo permite en ocasiones su visita previa concertación telefónica, no tiene establecido un régimen de visitas regulado.

El refugio de 1938, de titularidad pública y protegido como Bien de Relevancia Local (BRL), se encuentra en perfecto estado y tiene desde hace unos años un nuevo sistema de iluminación. Por ello,  desde la Asociación Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural proponen que el refugio más grande de la ciudad tenga también un régimen de visitas regulado con un horario establecido para su visita. Argumentan que pese a que el centro educativo en ocasiones permite la visita, no pueden hacerlo aquellas empresas de turismo que cobran por realizar sus rutas, al no estar regulado por la administración, por lo que “se está limitando el adecuado conocimiento y difusión pública del refugio”.

De hecho, desde la asociación piden que se inicien reuniones entre la Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deportes y la junta directiva del instituto para estudiar la fórmula y establecer un régimen de visitas regulado, de tal forma que la ciudadanía “pueda conocer con facilidad una de las joyas del patrimonio histórico de la Valencia de los años treinta”.

Su propuesta también pasa porque se abra durante el fin de semana, que es cuando la gente aprovecha para visitar monumentos y museos y para no alterar el día a día de los estudiantes. Además, resaltan que el acceso al refugio se realiza desde una entrada situada en el patio, cerca de la valla, no desde el interior del edificio como se hacía originariamente, hecho que facilitaría su apertura al público general.

El colectivo, que durante años reclamó la rehabilitación de los refugios, valora que el Ayuntamiento esté rehabilitando al fin el refugio de la calle Serranos y el del Ayuntamiento, una apuesta por recuperar estos espacios como reclamo turístico-cultural y lugares de la memoria, tal y como han hecho desde hace años otras ciudades. Pero insisten en que también “sería muy adecuado y positivo” facilitar las visitas del IES Lluís Vives. «Es lo suficientemente grande como para que algunas galerías alberguen una exposición permanente donde se explique los refugios, su construcción y su funcionamiento, y el contexto histórico de la guerra en Valencia”, resaltan. Además, sugieren organizar visitas guiadas y actividades culturales para dinamizarlo. “Cualquier espacio ganado para fines culturales y turísticos es positivo”, además de que “su puesta en valor serviría también como un recordatorio de su importancia en la salvación de muchas personas durante la guerra, al igual que los otros dos refugios que están en fase de recuperación”, concluyen.

Los refugios antiaéreos en Valencia

Durante la Guerra Civil, Valencia sufrió una gran cantidad de bombardeos, sobre todo desde que se convirtió en la sede del Gobierno de la II República. Se calcula que la aviación italiana y alemana la atacaron en 442 ocasiones. Para proteger a la población civil de los dramáticos efectos ocasionados por los ataques aéreos, el Gobierno republicano se esforzó en la construcción de refugios antiaéreos subterráneos. El organismo encargado, la Junta de Defensa Pasiva, construyó muchos refugios en los patios y jardines de los centros escolares, como el Grupo Escolar Balmes o el Lluís Vives, que podía albergar unos mil estudiantes. Cuando sonaban las sirenas, niños y profesores bajaban al refugio. Esta impresionante construcción de planta rectangular está formada por cuatro galerías con bóvedas de medio cañón atravesadas por pasillos perpendiculares que las comunican.

 

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