'Bou embolat'

Se reaviva la polémica sobre la abolición del ‘bou embolat’

La Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (Anpba) ha solicitado al director general de la Agencia de Seguridad y Emergencias, José María Ángel, que la reforma del Reglamento de ‘bous al carrer’ contemple la eliminación del ‘bou embolat’, por «infringir de manera intrínseca y consustancial un intenso sufrimiento anímico al animal».

Anpba ha detallado en un comunicado que fundamenta su petición en tres pilares: la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid del 2000, que dispone que poner fuego al toro embolado en la zona de la cabeza es un «maltrato anímico» al animal; a la manifestación en 2009 del Consell Valencià de Cultura en contra del ‘bou embolat’; y a la declaración de la Universitat de València de este festejo como «violencia explícita» contra un animal, en 2012.

La asociación ha recordado que en la reunión que mantuvo en el pasado mes de noviembre con el director de la Agencia de Seguridad, ya le trasladó su preocupación por el «sufrimiento animal» de los ‘bous embolats’.

Por tanto, Anpba ha insistido en que se suprima esta celebración en la Comunitat «a pesar de que se legal» porque «produce un intolerable sufrimiento a los animales víctimas», y porque «la ciudadanía valenciana está cada vez más sensibilizada en contra del maltrato a los animales en festejos».

Para la organización, esta sensibilización «es fácilmente demostrable por el número creciente de municipios que está eliminando el ‘bou embolat'», siendo Cullera (Valencia) el más reciente en suprimirlo de sus fiestas.

 

El caso catalán y el doble rasero de Convergència

A pesar de la crueldad que denuncian las asociaciones animalistas, el gobierno catalán actúo de manera contraria a las peticiones de dichos colectivos. En 2010, el Parlamento de Cataluña aprobó una moción de reconocimiento y protección a estos festejos, denominados genéricamente Correbous, que contiene una suerte de código de buenas prácticas.

El gobierno de Convergència i Unió dejó en evidencia el doble rasero con el que mide la gravedad de los festejos taurinos, en sus diferentes tipologías y modalidades, en función de si conforman un símbolo españolista o regionalista, ya que protegieron el bou embolat después de haber prohibido en dicha región española las corridas de toros tradicionales.

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