Refugiado teme por su vida

Un refugiado que desveló corrupción de altas esferas teme por su vida

Un refugiado en Valencia, Mudhaher Mohammed Ibrahim, ha denunciado ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) que sufre «persecución», «chantaje» y «amenazas» tras haber desvelado corrupción de altas esferas políticas y judiciales de su país, Omán.

Según expone en su denuncia, tiene miedo de que las autoridades españolas le extraditen a Omán –decisión que, por el momento, no han adoptado– porque teme por su vida. En su escrito, al que ha tenido acceso Europa Press, también apunta a su situación de enfrentamiento con el Fiscal General de Omán y el proceso judicial «sin garantías» al que ha sido sometido.

La historia de Mudhaher se remonta al año 2007, cuando un inversor kuwaití se puso en contacto con él para comprar unos terrenos en Omán y comenzaron una relación comercial. El caso acabó con una denuncia contra él por parte del empresario por supuesto fraude. El mismo día que se produjo la denuncia se le embargaron todos sus bienes y sus cuentas.

También se le cursó una orden de búsqueda y captura porque se le llamó para interrogarle pero no pudo acudir por encontrarse bajo un tratamiento médico. Fue detenido, encarcelado «sin comida ni agua, y torturado» para que reconociera lo que se le imputaba.

Según la denuncia, el fiscal que llevaba el caso determinó que no había habido fraude, pero, pese a ello, mandó el caso a un juicio después de tener conocimiento de que Mudhaher había presentado una denuncia contra él por su comportamiento. Este fue el inicio de su «calvario» que le llevó a un largo y complejo enfrentamiento con el poder judicial y político del país.

Tras dos juicios y un «calvario judicial» de seis años, Mudhaher pidió ayuda a un General, Jefe de la Facultad de Defensa Nacional, y momento en el que comenzaron los primeros «chantajes» y «sobornos». Este le reclamó, tal y como alega, que le perdonara una deuda de 160.000 euros y le pagara otros 40.000 euros para intermediar y que le recibiera el Fiscal General.

Aceptó y le consiguió el encuentro, en el que el Fiscal le trasladó que lo que le estaba ocurriendo era por haberse atrevido a denunciar a la Fiscalía en el año 2009 y le pidió, a cambio de ayudarle con el proceso judicial, materiales de su empresa para un edificio suyo de nueve plantas, materiales para dos villas de su mujer, y materiales para un edificio de siete platas del Jefe de Servicio Secreto.

Le declararía inocente si a cambio compraba una parcela suya por seis millones

A todos ellos –alega– les dio lo que le pidieron a cambio de que le ayudaran en el juzgado. Finalmente le llamó el Jefe del Tribunal Supremo y le comentó que le declararía inocente si a cambio compraba una parcela suya por seis millones de euros. El Fiscal General también le reclamó alquilar su edificio por un periodo de siete años por cuatro millones de euros.

Al ver que no se dictaba sentencia y que le estaban «engañando», decidió irse del país el mismo día en que fue condenado a dos años de cárcel. Se desplazó hasta Dinamarca y desde allí, acogido por un amigo, denunció la corrupción que existía en su país a través de las redes sociales.

Ese mismo día en que denunció públicamente los hechos, en diciembre de 2014, se emitió una orden de busca y captura internacional contra él.

“Secuestraron” a sus hermanos

A partir de ese momento, relata que el Servicio Secreto Omaní, «comandado» por el Fiscal General, dos de los que le chantajearon, junto con la Policía Omaní y ayudados por el Servicio Secreto y la Policía de Bahrein «empezaron a amenazar y maltratar a todos los miembros» de su familia, «secuestraron» a sus hermanos, los «encarcelaron» y cogieron a su madre de casa y la llevaron al interrogatorio. «Lo mismo hicieron con mi padre y también con mi mujer y mi hija pequeña de seis años, además de destrozar mis casas en Omán y Bahrein«, lamenta.

En enero de este año, un General Ministro de la Oficina del Sultán pidió a su familia –agrega– que dejara de denunciar la corrupción en el país a cambio de liberar a sus hermanos de la cárcel.

Mudhaher afirma que ha denunciado los casos de corrupción con documentos que le respaldan, y asegura que los mismos alcanzan a «muchos» ministros y personas consagradas de Omán. Ahora espera que las autoridades españolas le concedan el asilo.

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