Ahora que se acerca el final del año y las navidades están a la vuelta de la esquina, conviene revisar el presupuesto que destinas a gastos de tu vehículo o de los automóviles que tenga tu familia (pareja, hijos…) porque te decimos que sí, es posible ahorrar sin perder calidad. Entre otros puntos a revisar a fondo están el seguro (cambia de modalidad o de compañía), la gasolina de marca blanca, las revisiones (en taller oficial o en los de barrio) o poner en práctica la conducción eficiente.
Si te decimos que es posible ahorrar más de 1.000 euros al año en cada coche que hay en tu hogar, pensarás que estamos de broma, pero no nos equivocamos. Y te lo demostramos con los siguientes 10 puntos.
1.- Seguro. Si eres de los que apuesta por un todo riesgo, incluye una franquicia de unos 200-300 euros (más no) ya que el importe de la prima te bajará considerablemente. No obstante, debes saber que en caso de que tu vehículo necesita una reparación, los primeros 200-300 euros de gasto deberán ser abonados por ti y, el resto, por la compañía aseguradora. Y si tu vehículo tiene más de 10 años, no lo dudes: un terceros ampliado con lunas, incendio y robo será lo más recomendable.
2.- Plaza de garaje. Si no tienes garaje propio y tu coche está estacionado en uno alquilado, habla con tu casero para ver si te puede bajar 10 euros al mes. Parece insignificante, pero al año hablamos de 120 euros. Otra opción es barajar dejarlo aparcado en otras plazas que sean más asequibles o en otro garaje. Si no, la calle es ‘gratis’.
3.- Revisiones. No escatimes en este aspecto ya que una buena puesta a punto evita sobrecostes en forma de averías. Pregunta en el taller oficial cuánto cuesta pasar la revisión de turno y, con ese importe, telefonea a otros de la zona para saber si tienen alguna promoción o precios más competitivos de los que beneficiarte. Por último consultar en los talleres de toda la vida porque cada vez son más competitivos en esta materia.
4.- Carburante. Ya hemos dicho más de una vez que se trata de la partida presupuestaria más importante en cuanto a gastos genera un coche. No obstante, es proporcional al número de kilómetros que se hagan al año. Prueba con los combustibles marca blanca (son totalmente seguros y apenas se siente pérdida de potencia o una menor autonomía respecto a los tradicionales), que salen de las mismas instalaciones de OHL que los que usan las petroleras más conocidas.
5.- Ruedas. Los neumáticos son el único punto de contacto que tenemos con el asfalto y responsables directos, entre otros, de que el coche no pierda tracción en agua o de contener el gasto de gasolina. De ahí que los fabricantes, al igual que nosotros, recomendemos medir la presión cada mes
6.- Conducción eficiente. Muy relacionado con el unto cuatro, es hora de olvidarse de los acelerones bruscos siempre que salimos desde cero. Con aprovechar la inercia en llano y en las bajadas prolongadas, levantar el pie unos segundos antes cuando ya vemos el semáforo en rojo, circular en marchas largas y dejar la distancia de seguridad reglamentaria nos ayudará a bajar la ponderación entre medio y un litro a los 100.
7.- Arreglar las averías. Si se ha encendido un testigo en el cuadro de mandos, no lo dejes más. El problema que hay que arreglar debe ser subsanado cuanto antes ya que se corre el riesgo de que el fallo afecte a otros ‘órganos’, con el consiguiente sobrecoste en reparaciones.
8.- Limpieza. Si eres de los que mima su automóvil limpiándolo a fondo a menudo, cambia tus preferencias: por ejemplo, sólo chapa, cristales y aspirado. Además, emplea recambios de cualquier marca ya que estás en tu derecho.
9.- Planificar y compartir. ¿Vives cerca de un compañero de trabajo? ¿Qué tal si os organizáis de tal forma que una semana lleva uno el coche y el otro a la siguiente? Así, en lo que dura un mes, sólo utilizarás el vehículo dos semanas.
10.- Y a la hora de cambiar de vehículo… El último punto te interesa si vas a cambiar de coche. Además de fijarte en un modelo, deberás consultar y estudiar a fondo las opciones mecánicas disponibles (ya sean gasolina o diésel) y cuánto cuestan, ya que quizá te interesa pagar algo más por un propulsor más eficiente si a la larga lo vas a usar. Para ello te proponemos la siguiente fórmula y que te dará el número de kilómetros necesarios para amortizar un TDI, HDi, dCi…: resta el precio de un coche con propulsor gasolina a uno turbodiésel y la cifra obtenida la has de dividir entre el valor que te dé esta operación: consumo medio del gasolina por el precio del litro de este carburante menos el consumo medio de un diesel por el precio del litro de este combustible, todo ello a su vez dividido entre 100. Vía Autoscout24