El dulce arte del turrón nació en Casinos en 1886.

El dulce arte del turrón nació en Casinos en 1886.

Manuel Jarrín, casado con Carmen Murgui  Rocher fueron el matrimonio que en 1886 crearon la primera fábrica  artesana de peladillas y turrones en ese pueblo que marca el límite entre el campo de Lliria y los pueblos Serranos, que empiezan en Villar del Arzobispo y en Losa.

Un matrimonio joven, emprendedor, con hijos pequeños sentó la base de lo que sería un negocio familiar que con el paso de los años, se consolidaría en Casinos, como su insigne tarjeta de presentación. En el seno de esa familia nacieron las primeras peladillas sobre un bombo de cobre para caramelizar el azúcar y las tostadas almendras, a la lumbre de un incandescente fuego lento;  y los primeros turrones dentro de pequeñas cajas de madera, envueltos con sedoso papel blanco que los acaricia, y ese aroma de trabajo bien hecho que regala frutos de sembrada calidad.

Así nacieron las peladillas en aquella plaza del Rosario de Casinos, casa de los padres y abuelos que nos dieron patria y suelo. Glorioso momento de aquel enlace que tan goloso resultado nos dio. Pronto las peladillas llegaron a otros pueblos, pues Casinos, lugar enclavado en un cruce de caminos, fue el itinerario perfecto para que las peladillas circularan en ambas direcciones, hacia los vecinos del norte  camino de la Serranía, y los vecinos del sur en su transitado camino desde Liria hasta Valencia.

Las peladillas y los turrones eran el paladín en fiestas y romerías cercanas, septiembre era el mes principal, el Santuario de la Cueva Santa de Altura, era parada obligatoria cada ocho de septiembre para los vecinos de Altura, Segorbe, y los pueblos del Palancia y de Morvedre; por otra parte San Miquel de Liria, era otro punto de encuentro cada veintinueve del mismo mes.

Así se fue expandiendo el perfecto sabor de nuestros dulces y a la sombra de aquellas multitudinarias fiestas, repletas de carros y carretas, y con el aumento de la familia de los primeros fundadores, nuestros dulces artesanos se iban abriendo camino.

Y así empezó la vida en la última época, la contemporánea, el mejor destino de las peladillas, eran los medios de transporte. Las peladilleras con sus cestas de mimbre, repletas de bolsas multicolores, de todos los precios, y  ataviadas con sus delantales blancos de puntillas almidonadas,  se abrían paso entre los pasajeros para que nuestras peladillas llegaran a Valencia y  a cualquier parte de la tierra.

Peladillas, eternas embajadoras, dulce precinto nacarado capaz de sorprender en cualquier momento, obsequio silencioso de médicos, arquitectos, abogados, sacerdotes, porteros curiosos, pasantes o notarios… y un eterno listado de mundos al que han llegado, todos se rinden ante ese sabor mágico y único que es imparable de tomar mientras el celofán colorido ofrece tentador la delicia que cobija entre sus manos.

Esas son nuestras peladillas y su papel a lo largo de la historia, porque nuestros dulces siempre han estado presentes, por  ese clima seductor que hace florecer frondosos almendros,  y que tan buenos caldos ha sabido elaborar a lo largo de los años.

Y en pleno siglo XXI, se abre una nueva puerta, la de la Feria del Dulce artesano, la feria de los sentidos, la feria del placer genuino que provoca llegar a Casinos y encontrarte  con más de cien clases de turrones, peladillas multicolores: las blancas, las bañadas de chocolate,  las de textura seductora  con el crujiente azúcar que parecen néctar de primavera empapadas con espuma celestial.

A todo esa gama de melodías en notas de colores y sabores hay que sumar la exquisitez de nuestros vinos dulces y generosos, sin perder de vista el aceite mágico que cual oro refinado presentamos con la virginidad que lo avala.

Casinos es la cima que corona la gloria de una historia mezclada de dulces pasiones con románticos sabores que han sabido darle al pueblo una merecida fama que por méritos propios, se ha consolidado a través de  una Feria, que cada último fin de semana de noviembre nos sorprende por su actualidad y multitud de sabores.

Es la cita obligada el 24, 25, y 26 de noviembre, el Ayuntamiento de Casinos, presenta una variado abanico de actos que invitan a llegar a Casinos, es el momento de conocer este pueblo llano y acogedor, que cautiva por su encanto de llenar todas las horas del día con un variado programa, pero que su lema y pancarta es: Ven a Casinos, somos los más dulces del mundo, nuestros dulces artesanos, merecen ser juzgados por los más exquisitos paladares y esos paladares son los de nuestros amigos que viven en la Comunidad Valenciana. Somos los más dulces de la tierra.

Escribe para Valencia News, el que fue Alcalde y Fundador de la Feria en el año 2000 y hoy Cronista Oficial de Casinos:

José Salvador Murgui Soriano.

 

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