(89-76) Real Madrid-Valencia Basket: Faltó medio cuarto

Una ráfaga de inspiración individual de Sergio Llull con cuatro triples en los últimos cinco minutos sepultó las esperanzas del Valencia Basket por alzarse con el primer título del año. El conjunto ‘taronja’ cayó ante el Real Madrid en las semifinales de la Supercopa tras un encuentro igualado que estuvo marcado por la gran cantidad de faltas cometidas por ambos equipos (89-76). Los ‘taronja’ no encontraron más focos ofensivos que Loncar (17) y Van Rossom (12) y sucumbieron en un último cuarto letal del perímetro blanco, que aprovechó un par de despistes defensivos para tomar una renta definitiva.

Las cuartas faltas personales de Vives y Van Rossom cambiaron el devenir del choque por completo. Sin esa agresiva punta de lanza a pleno rendimiento, el base mallorquín del Real Madrid reventó el encuentro con una exhibición de tiro exterior que se quedó sin réplica en la otra canasta. Cinco minutos costaron todo un planteamiento.

UN INICIO FULGURANTE

La confusión de los primeros partidos de pretemporada se mezcló bien pronto con los también típicos nervios de estar a 48 horas de tocar un título nacional. En el caso del Real Madrid, claro. Porque el conjunto ‘taronja’ arrancó como un tiro. Fue Van Rossom quien se comió a Llull en la dirección de juego y bajo su mando, los ‘taronja’ estaban algo más que preparados. Por parte blanca, solo Rudy Fernández mostraba su repertorio ofensivo habitual (6-13, min. 4).

Ni la segunda falta de Loncar hacía daño porque Aguilar destrozaba a Nocioni con su movilidad y Campazzo tampoco daba con la tecla correcta (13-21, min. 8). Sí que lo hizo la segunda falta personal de su reemplazo, Lishchuk. El ucraniano siguió en pista lastrado por las personales y la exigencia del arbitraje se puso por las nubes. Por ello, el partido transcurría de una línea de tiros libres a otra y el ritmo se estancaba, lo que consolidaba la ventaja valenciana (19-26, min. 10).

NI PÍVOTS, NI DIRECCIÓN

Sin pívots disponibles y Aguilar ejerciendo como falso cinco, Mejri campaba a sus anchas en la pintura (26-31, min. 13). Para contrarrestar la enorme presencia del tunecino regresó el tractor ucraniano, pero no pudo evitar la tentación de cometer otra falta más, la tercera. Para más inri, Buycks tampoco dirigía bien como base y el Real Madrid se acercaba en el marcador sin prisa pero sin pausa. Perasovic introdujo a Vives pero nada cambió. El ataque estaba estancado a pesar de la actitud de Harangody, peleón como ninguno en el rebote (31-31, min. 15).

Los de Laso se empezaban a sentir cómodos. ¿Cómo? Con lo mejor que saben hacer, correr. Afortunadamente, la entrada de Loncar tranquilizó al ataque valenciano y el croata apareció en el poste bajo. Sacó la tercera a Ayón, anotó puntos con sus movimientos al poste y se fue al banquillo con la tercera personal un par de minutos después (35-37, min. 17). Una sensación agridulce que, para mantener el tirón del Real Madrid, su tocayo balcánico Lucic quiso olvidar gracias a sus acciones espectaculares (43-43, min. 20).

EL CORAJE DE VIVES Y LUCIC MANTIENE VIVA LA ESPERANZA

El exceso de faltas unido a un ritmo de encuentro dominado por los blancos no era la mejor forma de encarar un descanso corto. El único que se enteraba tras el paso por vestuarios era Loncar, que ejercía como faro del equipo en ataque. De todos modos, era algo insuficiente para ganar al Real Madrid (47-49, min. 23). Dos triples de Rudy Fernández al contraataque obligaron a Perasovic a solicitar un receso más que necesario para devolver la cordura en ataque (49-56, min. 26).

Había que solucionar el problema del rebote, raíz del control del partido de los blancos. El coraje de Lucic y la entrada de Guillem Vives dieron otro aire al equipo con un parcial de 0-7 que devolvió la igualdad al marcador (56-56, min. 28). El estilo más agresivo, más guerrero que proporcionó Vives a sus compañeros despertó al Valencia Basket y el técnico croata respiró aliviado cuando vio que la desventaja había desaparecido en apenas un par de jugadas (60-58, min. 30).

LLULL TOMA IMPULSO

Van Rossom iba a continuar con la buena labor de Vives. Ya no solo en la anotación, sino en la intensidad. No anotaba tan fácil el conjunto madridista, pero el problema fue que el belga también se cargó con la cuarta personal y le tocó al catalán regresar a cancha. Ese fue el punto decisivo del encuentro. Ambos equipos ya estaban en bonus a falta de seis minutos y los bases ‘taronja’ bajaron un punto de mordiente atrás que resultaría clave (67-67, min. 34).

Entonces apareció Llull con tres triples consecutivos para desnivelar la balanza. A pesar de que Loncar intentó mantener el ritmo blanco, nadie más apareció por parte de los valencianos. Era imposible. Esa inspiración acabó con las esperanzas valencianas de disputar la segunda final de la Supercopa y Reyes se encargó de dar la puntilla. Habrán más oportunidades, aunque la primera de esta temporada se ha escapado (89-76, min. 40).

FICHA TÉCNICA

89. Real Madrid (19+24+17+29): Llull (16), Rudy (21), Nocioni (10), Rivers (6) y Bourousis (4) -cinco inicial-, Maciulis (7), Campazzo (1), Reyes (13), Ayón (2), Rodríguez, Carroll (4) y Mejri (5).

76. Valencia Basket (26+17+15+18): Van Rossom (12), Ribas (6), Lucic (9), Loncar (17) y Aguilar (7) -cinco inicial-, Sato (7), Martínez (2), Lishchuk (6), Buycks, Harangody (3) y Vives (7).

Árbitros: Martín Bertrán, García González, Peruga.

Incidencias: Primera semifinal de la Supercoa disputada en el Buesa Arena de Vitoria ante unos 8.000 espectadores. El Real Madrid jugará mañana la final de la Supercopa con el ganador del encuentro entre el Baskonia y el Barcelona.

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