Fichajes son amores

Al albor del rompimiento solar de un estío desvencijado y de la eclosión de un mercado de fichajes un tanto descafeinado por la galopante crisis y la evidente decadencia de una Liga con corsé compelido, el aficionado de a pie, arraigado a un permanente estado de hambruna y avidez por el incipiente y ungido proyecto aureliosalvista, se aferra a la ilusión de ir desgranando la matriz punteada en aquella presentación polícroma.

En el quehacer de la nueva regencia valencianista se avistan los primeros pasos con visos de obtener cociente positivo, frentes varados que hasta ahora habían permanecido en barbecho con tono sibilino. Como si de un terreno impracticable se tratara. Ese necesario cambio de timón, capitaneado con firmeza por Amadeo Salvo, sin dar aún la sombra que se espera de la novedosa arquitectura divulgada con cierta rutilancia, emprende la travesía con rumbo fijo hacia el objetivo de voltear el presente y futuro tripartito -social, económico y deportivo- de la maniatada entidad.

Y ahí es, en materia deportiva, donde la parroquia che no puede evitar turbarse ante un embarrancado movimiento de piezas en el plantel, coadyuvado por el apremio pecuniario, la ineluctable involución del mercado y la argüida impericia del actual comandante deportivo. Sinergia embargadora. Sin proponer la contratación de nuevos futbolistas como elemento cardinal y vinculante a la renovación de abonos, sigue siendo uno de los puntales que espolea al valencianista más laxo, insuflaciones regeneradoras como el boca a boca a pie de piscina, minimizando que periclite el pernicioso éxodo en Mestalla -el auténtico motor de arranque-, y cuya afición es ducha en encarnar a la némesis más recalcitrante.

Por ello, sin restar un ápice de las bienintencionadas gestiones en las áreas financiera y social, al devoto futbolero se le premia -que no comprar- con nuevas caras a las que engancharse, que desperecen al entusiasta que llevamos dentro y potencie el apetito por devorar el nuevo estilo del míster serbio.

El balompié es sentimiento, sentimientos que consolidan el amor a unos colores. Fichajes son amores y no buenas razones.

 

Mario Selma (@VCF_Blog)

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