La élite del deporte valenciano comparte la “decepción” de Madrid 2020

En un momento social y deportivo en el que muchos atletas y deportistas minoritarios temen por su futuro tras la no designación de Madrid como sede de los Juegos Olímpicos de 2020, VLC NEWS se puso en contacto con los presidentes de los cuatro clubes con mayor relevancia en Valencia para conocer, de primera mano, sus sensaciones apenas horas después de que la organización de los JJ.OO. fuera entregada a Tokio en el año 2020.

Un ‘chasco’ monumental

“La primera reacción fue de ‘bajón’, te quedas defraudado porque teníamos muchas expectativas”, admite sin reparos Amadeo Salvo, presidente del Valencia CF. “Creíamos que éramos favoritos, o eso es lo que nos habían vendido, y acabó siendo una decepción”, agrega. Su colega en Orriols es igual de explícito: «Sentí desilusion porque era una oportunidad muy bonita en momentos complicados, la gente había vuelto a ilusionarse y unirse en pos de un proyecto», indica Quico Catalán, presidente del Levante, quien recuerda con «tristeza y pena» la oportunidad perdida también para la capital del Turia, «partícipe de esa futura olimpiada» como subsede.

Toni Hérnández, máximo dirigente de un club joven como Huracán de Valencia, incide en los motivos del fracaso español: «Viendo la diferencia de votos que nos ‘vendían’, o a alguien le mintieron o es que el trabajo no era tan bueno», recalca. Y el poderío de las otras dos candidatas acabó imponiéndose: «No me había parado a mirar los proyectos de Tokio y Estambul. Conociendo de primera mano las instalaciones de Madrid, hay que reconocer que lo que son capaces de hacer los japoneses, tomando como referencia el Mundial 2002, es una pasada». Por su parte, el presidente de Valencia Basket insiste en la «gran decepción» que sintió tras el fallo: «Esperaba competir en la final, no caer en la ronda previa. Cuando se crean esas expectativas la decepción es mayor. Madrid se lo merecía porque la situación en España lo necesitaba», puntualiza Vicente Solá.

Valencia, lo que pudo ser y no fue

«Como ciudadano, el GP de Motociclismo, la Copa America, la Formula 1 y cualquier acontecimiento deportivo es bueno para esta ciudad», insiste Hernández, «y si encima en 2020 no había que gastar un duro en infraestructura porque ya estaba hecho… Si había previsto gastar dinero en infraestructuras, que lo inviertan igual”. Solà coincide en su diagnóstico en lo referente a la posibilidad de que Valencia hubiese sido subsede olímpica: «Los Juegos Olímpicos son el evento más importante a nivel deportivo y mediático del planeta. Atrae y trae riqueza a la zona que lo organiza».

Como valenciano, explica Salvo, «hubiese sido importantismo por el retorno que tiene. El deporte es lo que más retorno da a cualquier tipo de inversión. Ser subsede olímpica suponía participar de lleno en la organización, habría venido una fuerte inversión en la zona del puerto y habría regenerado mucho la zona a nivel económico, ambiental y de imagen». Catalán, por último, lamenta no repetir la experiencia del Mundial 82 donde pudo «disfrutar de los partidos de España «en la capital del Turia: «Aún recuerdo el sentimiento olímpico que desprendía un evento como ese. Sólo así se puede valorar su trascendencia. Es un día triste para la ciudad y para todos los que amamos el deporte y queremos que esta Comunidad siga creciendo. Ahora hay que pensar en el futuro«, sentencia.

Que se mantengan las ayudas al deporte

Pese a la decepción, la lucha sigue. La pelea diaria de miles de deportistas profesionales que veían en los Juegos de Madrid 2020 una tabla de salvación a la precariedad que carcome al deporte minoritario en nuestro país. En este sentido, Salvo diagnostica uno de los puntos que Tokio supo explotar mejor: «Uno de los puntos importantes es la inversión económica y la inversión de los patrocinadores, las empresas privadas que marcan la economía de un país. Es clave que haya empresas que apoyen el deporte y que potencien una candidatura», recalca. «Hemos ‘vendido’ que ya lo teníamos todo hecho y quizá eso es negativo», agrega, «ya que el COI no habrá visto potencial de crecimiento en las infraestructuras, y pudo pensar que algunas de ellas estarían obsoletas dentro de siete años».

Vicente Solà opina en la misma linea ya que, aunque insiste en que España «no se puede quejar» respecto a sus inslaciones deportivas, “la administración pública debe velar porque sean de primer nivel. Los JJ.OO. potencian esa inversión, tenemos el ejemplo de Barcelona 92″, explica. El presidente de Valencia Basket reconoce que el deporte profesional está «pasando un mal momento, aunque en nuestro caso por suerte tenemos el apoyo de un mecenas como es Juan Roig. Una sociedad que practica deporte es una sociedad sana”.

«Cuando empecé en el periodismo en 1994», rememora Hernández, «había en Valencia un equipo en ASOBAL, uno en ACB, estábamos en la élite en rugby, en balonmano femenino, fútbol sala… Ahora, con la crisis, sólo resisten en nuestra ciudad el Valencia, Levante, Valencia Basket y Huracán, y el Valencia Terra y Mar de atletismo gracias a que Rafa Blanquer es una persona que se mueve mucho para sacar su proyecto adelante». Un panorama complicado con el que Catalán coincide: «Es momento de reflexionar y analizar, habrá tiempo en frio para ver en qué cosas hay que mejorar. Está claro que hay que apostar por el deporte minoritario y por aquellos que no tienen la oportunidad de tener clubes que les amparen», concluye.

Y para ello, hay que trabajar codo con codo con los atletas para sacar adelante la situación: «Hay disciplinas que necesitan más ayuda, y para ello hay que buscar soluciones en el programa ADO. O quizá modificar la Ley de Mecenazgo para incentivar a esponsors y patrocinadores. Tokio demostró que los patrocinadores son los encargados de impulsar el deporte olímpico», sentencia el presidente del Levante. Su homólogo valencianista lo tiene claro: «Lo que mas proyecta la imagen de un país son los clubes y los deportistas. No sólo se se debería mantener la inversión en deporte: se debería incrementar», finaliza Amadeo Salvo.

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