La residencia consta de seis habitaciones con seis literas cada una, destinadas al descanso de los futbolistas de las categorías inferiores, aunque estos días están sirviendo para que los ‘mayores’ hagan la siesta allí. Además, cuenta con un amplio salón con sofás y pantalla de plasma para que los jugadores puedan disfrutar allí de sus horas de descanso.
El comedor, por su parte, es pequeño y acogedor, perfecto para que los jugadores coman juntos y hagan grupo en torno a la mesa y mantel. La alimentación corre a cargo de Jose Luis Guaita, un cocinero de Buñol que lleva gestionando con mano firme culinaria a los chavales de la escuela desde hace más de dos años.
El club se ha puesto manos a la obra para darle todo lo mejor a Caparrós. Incluso el campo principal de la Ciudad Deportiva se está renovando para ajustarse a las peticiones del nuevo técnico. El Levante 2013-2014 ya ha empezado andar, y la residencia de Buñol está más que preparada para constituir la primera parada en el camino de la pretemporada.