Frutas y hortalizas, la ‘Marca España’ más fuerte en Europa

El hortofrutícola es un sector que en términos de empleo contribuye de forma estratégica al mantenimiento del tejido social y es vital en determinadas regiones españolas donde representa el 50% del empleo agrario, siendo, además, en muchas zonas de la Comunitat Valenciana, Murcia, Huelva y Almería, con tasas de paro que superan el 30%, la principal actividad económica.

Las frutas y hortalizas, a pesar de estar prácticamente excluidas del régimen de ayudas de la Política Agraria Común (subvenciones), ayudas que sí reciben el resto de grandes cultivos,  representan el 40% del valor de la producción total agraria y más del 50% de la producción vegetal final. Esto es, por sí solas, suponen más que la suma del conjunto de todos los grandes cultivos como olivar, viñedo y cereales. 

Desde que se constituyó en 1987, la Federación Española de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (FEPEX) ha contado con dos presidentes. Ambos de origen alicantino: el fallecido Andrés Cuartero, quien lo fue hasta diciembre de 2006 cuando tomó el relevo Jorge Brotons, actual presidente, y también máximo responsable de la Federación de Empresarios de Frutos y Productos Hortícolas de Alicante (FEXPHAL) y de la emblemática empresa Bonyssa, también con sede en Alicante.

FEPEX está integrada por 34 asociaciones de ámbito autonómico y provincial (23 de frutas y hortalizas frescas y 11 del sector de flor y planta viva) que a su vez están constituidas por más de 1.500 empresas agrarias, cooperativas y comerciales. Su financiación es estrictamente privada, al proceder exclusivamente de las cuotas que realizan sus asociaciones miembros.

Es la mayor organización sectorial de España en cuanto a producción y exportación hortofrutícola con más del 70 % de la producción exportable española (excluidos cítricos y plátanos) representando, asimismo, a los productores y comercializadores de flores y plantas vivas, cuyo comité preside el valenciano Vicente Peris.

Desde su constitución, su máximo objetivo ha sido lograr la rentabilidad de la producción de sus asociados representándolos ante las diferentes administraciones, instituciones, órganos de decisión y organizaciones internacionales.

Han estado en el “ojo del huracán” en aquellos años en los que los agricultores franceses protagonizaban sistemáticos ataques contra los camiones de frutas y hortalizas españoles, especialmente virulentos en los 90; también con sus reivindicaciones en la defensa del tomate español frente a las ventajas que la UE otorgaba al marroquí, y recientemente con la crisis del pepino. 

 

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