Nuevos caminos para la chufa

 

Hace unos días VLC News os contaba que una encuesta realizada por investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia a 253 agricultores innovadores valencianos ponía de manifiesto que los propietarios de explotaciones hortícolas y frutales son los más propensos a adoptar innovaciones en sus negocios y hoy os vamos a hablar de uno de estos casos de renovación.

La familia Bou se dedica al cultivo de la chufa desde el año 1946, tres generaciones se han dedicado a la empresa familiar y recientemente han decidido diversificar el negocio y apostar por la chufa ecológica. Asimismo hace escasamente un mes han abierto la primera heladería ecológica de Valencia, L´Obrador, en concreto junto a la playa de la Patacona.

La familia lleva 67 años cultivando la chufa además de comprar gran parte de la producción del producto que se elabora en la provincia de Valencia y que después suministra a la industria del sector, como por ejemplo a la empresa Chufi, además de heladerías de renombre como ‘Sirvent’ en Barcelona, ‘Kiosko Peret’ o la horchatería ‘Azul’, las dos en Alicante. «Al comprar tanto volumen de producción de chufa podemos seleccionar un producto top, de alta calidad» asegura Jose Mª Bou, nieto del fundador de la empresa y que con tan sólo 23 años está al frente del nuevo proyecto.

Asimismo nos explica que la crisis también les ha alcanzado, «sí se nota aunque no hemos bajado la producción ni la venta de chufa sí es cierto que la vendemos a precios más bajos que hace unos años por la fuerte competencia”, añade el emprendedor.

De esta forma, hace tres años la familia decidió iniciarse en el cultivo ecológico de la chufa:

«Es un trabajo exigente porque la normativa es muy estricta, controlan cómo produces, cómo almacenas porque no puedes utilizar ningún producto químico. Para repeler a los insectos utilizamos trampas. Hemos tenido que aprender otra forma de trabajar el cultivo y adaptarnos. La base del producto ecológico está en prevenir plagas», añade el emprendedor.

Actualmente están pendientes de recibir el certificado de chufa ecológica. Llevan cultivando el producto desde 2010 pero hasta la tercera cosecha – explica Bou- no te dan el sello «porque esas tres cosechas sirven para limpiar el suelo».

«Es un reto porque el producto es mucho más caro de cultivar al dedicarle mucho más tiempo y porque al no utilizar abonos no incentivas el cultivo. Tampoco puedes utilizar herbicidas y las malas hierbas las arrancamos a mano, una a una”, admite.

Uno de los motivos principales por los que la familia Bou ha decidido abrir una heladería ecológica es para “estar más cerca del consumidor y diversificar el negocio, además de crear nuevas fuentes de ingresos», asegura Jose Mª Bou. Esta nueva aventura responde también a la filosofía familiar, que apuesta y consume productos ecológicos. “Los barquillos y todo el dulce también son ecológicos; y las pajitas y envases son biodegradables”, agrega.

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