Dunlop lanza Future Race Car Challenge

Dunlop lanza el Future Race Car Challenge, un estimulante proyecto de diseño colectivo que explora el futuro de los coches de carreras. Constituye la ocasión perfecta para que aficionados y entusiastas del mundo del motor compartan sus opiniones e ideas sobre el futuro de la aerodinámica, los motores, los frenos y los neumáticos. Publicaremos en Facebook entrevistas con los expertos de la industria que sirvan de inspiración a aficionados y entusiastas del diseño y les animen a sumarse al proyecto, a enviar sus ideas y a compartir sus opiniones sobre el futuro del automovilismo. Una vez recibidas todas sus aportaciones, un reconocido diseñador seleccionará las mejores para «dar vida» al diseño final. Para acceder a los vídeos y participar en el Dunlop Future Race Car Challenge, síguenos en Facebook  [https://www.facebook.com/dunlop.espana]. Lo único que tienes que hacer es dibujar tu boceto o describir tu idea.

Dunlop: 125 años de innovación

Era el año 1888 cuando John Boyd Dunlop notó, mientras observaba como su hijo montaba en su triciclo de tres ruedas macizas, que el niño no conseguía velocidad ni tampoco parecía sentirse cómodo. Se le ocurrió entonces forrar las ruedas del triciclo con finas planchas de caucho unidas entre sí que hinchó con un inflador de balones de fútbol. Este fue el origen del primer sistema de amortiguación neumática de la historia y estableció las bases para la concepción del primer neumático. Dunlop patentó esta idea, que comenzó a desarrollar comercialmente fundando la que rápidamente se convertiría en Dunlop Pneumatic Tire Co. Ltd. Desde el principio, Dunlop tuvo muy claro lo que quería: mejorar la experiencia de conducción de automovilistas y motoristas.

El Futuro de los Coches de Carreras

  • Dunlop encarga un informe con motivo del lanzamiento del Dunlop Future Race Car Challenge.
  • El informe encargado por Dunlop anticipa lo que nos deparará el futuro de los coches de carreras y del deporte del motor.
  • Los coches modificarán su forma durante las carreras para mejorar la aerodinámica y la capacidad de maniobrabilidad.
  • El informe sobre el futuro del automovilismo sugiere que la propulsión por plasma podría reemplazar al motor de combustión interna.
  • Gracias a la realidad aumentada, los entusiastas de la conducción tendrán posibilidad de incorporarse a la carrera e incluso sentir las sensaciones físicas de los pilotos a través de la «piel activa».
  • Los pilotos autómatas también tendrán un lugar en los circuitos de competición del futuro.
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Ninguna marca de neumáticos colabora desde hace tanto tiempo con el deporte del motor como Dunlop. Desde que John Boyd Dunlop inventase el neumático hace 125 años, la empresa ha estado firmemente implicada en el desarrollo de la tecnología avanzada para los sectores del automovilismo y la competición.

Siempre a la vanguardia de la innovación, el reconocido fabricante de neumáticos ha encargado un informe que explore el futuro de los coches de carreras, en particular, cómo serán dentro de 125 años. El revelador estudio nos permite entrever una industria de la competición más interactiva y concienciada con la conservación del medio.

Elaborado por el prestigioso tecnólogo Ian Pearson, el informe sostiene que los coches del futuro podrían estar equipados con potentísimos motores eléctricos y propulsores de inducción de plasma en lugar de motores de combustión interna. Estos propulsores bombardearían con electrones un gas que, a su vez, se transformaría en plasma.  Las bobinas superconductoras serían las encargadas de crear grandes campos electromagnéticos para propulsarlo.

En palabras de Pearson: “Según las leyes de Newton, si un propulsor dispara un pulso hacia atrás a gran velocidad, el coche recibe un impulso igual hacia adelante. Obviamente, la aplicación práctica de esta ley es bastante más complicada y hay que ser muy cuidadoso al calcular la potencia y la dirección de los chorros, pero esta tecnología ya no es ciencia ficción. De hecho, los militares disponen de un prometedor prototipo de pistola de plasma, y ciento veinticinco años de desarrollo son más que suficientes para trasladar esta tecnología a los circuitos de competición».

Los chasis ultrafuertes fabricados a base de nanotubos de carbono y grafeno proporcionarán estructuras ligeras de gran resistencia y rigidez, lo que incrementará notablemente la estabilidad en las curvas y la maniobrabilidad del vehículo. Algunos coches incluso podrán modificar su forma a demanda durante la carrera, mejorando así la aerodinámica del vehículo. Los ingenieros podrían utilizar geles con capacidad de contracción, como si de músculos se tratase, y aleaciones con memoria capaces de «recordar» su forma original  forjada en frío y recuperarla por efecto del calor. Gracias a los futuros desarrollos, los componentes podrían contraerse y expandirse, una cualidad que los ingenieros podrán utilizar para diseñar grandes cambios en los componentes de la carrocería. “Esto permitiría, por ejemplo, ajustar el perfil de los alerones o ensanchar los faldones del coche al tomar una curva o modificar el efecto suelo y elevación en las secciones rectas», añade el Dr. Pearson.

Según el informe, también los neumáticos podrían emplear materiales controlados electrónicamente para buscar el equilibrio entre un agarre adaptable a cualquier situación y el consiguiente desgaste. Los geles poliméricos permitirían transformar fácilmente componentes cortos y gruesos en otros más largos y finos. Si durante el proceso de fabricación aplicamos millones de tacos microscópicos mediante impresión tridimensional, la superficie del neumático sería reemplazada por nuevas capas a medida que se desgaste. Estas fibras podrían expandirse o retraerse a demanda: máxima extensión si se requiere potenciar el agarre o totalmente replegadas para reducir el coeficiente aerodinámico.

Señala Pearson: “Pensemos en los tacos como en diminutas Torres Eiffel. Si comprimiésemos las columnas de la base hasta unirlas, cabría esperar que aumentase notablemente la altura de la torre. A una escala que oscila entre micras y milímetros, microestructuras como estas ofrecen enorme potencial para modificar el agarre, que podría controlarse con precisión a grandes velocidades».

Según el informe, podría ser necesaria la incorporación de pilotos autómatas. «Imaginemos vehículos capaces de quintuplicar los tiempos de aceleración y frenado de los actuales coches de Fórmula 1. Dado que los tiempos de reacción del ser humano y los límites físicos serán las principales limitaciones, asistiremos al nacimiento de las carreras de autómatas», explica Pearson. «Estos autómatas, dotados de plena capacidad emocional, serán unos duros competidores firmemente decididos a ganar, con la ventaja añadida de unos tiempos de reacción y una resistencia muy superiores, por lo que podrán ejecutar maniobras más rápidas y espectaculares, lo que aumentará la emoción de las carreras». 

La realidad aumentada será un elemento habitual de la vida diaria en el futuro, según el informe. Con los actuales visores de vídeo (como Google Glass), podemos superponer en nuestro campo de visión imágenes generadas digitalmente. Esto significa que, en el futuro, un espectador podría ver el nombre de un patrocinador en un coche mientras que otro espectador cercano vería el de un patrocinador diferente, en función de sus preferencias personales.

Pero la realidad aumentada no sólo modificará la visión que el espectador tiene del coche, sino que incluso le permitirá competir en la carrera si lo desea. Si esta tecnología se aúna con los videojuegos en línea, el público podría conducir virtualmente con los pilotos reales y otros espectadores en una experiencia increíblemente inmersiva y apasionante.

«Algunos coches podrían estar pilotados por equipos de jugadores y espectadores, mientras que un piloto dotado de inteligencia artificial se encargaría de proteger a los otros conductores. De la misma forma que los jugadores compiten hoy, en los videojuegos, contra coches dirigidos por la propia máquina, las versiones avanzadas de estos programas de conducción permitirían controlar coches reales en la pista de competición. «El piloto robotizado se encargaría de evitar accidentes graves pero los jugadores serían responsables de determinadas decisiones”, añade Pearson.

Durante las próximas décadas podríamos asistir al desarrollo de la «piel activa». Este dispositivo consistiría, esencialmente, en un conjunto de circuitos electrónicos impresos sobre la superficie de la piel, cuya función principal sería la de monitorización médica pero que también podrían conectarse a determinados nervios del espectador para captar y reproducir señales sensoriales de forma que percibiese las mismas sensaciones que el piloto.

James Bailey, Director de  Comunicaciones de Marketing de Dunlop Motorsport Europe, señala: «Hemos encargado este curioso informe para subrayar el mucho tiempo que Dunlop lleva colaborando con el mundo del motor y de la automoción pero también para recabar la atención sobre nuestras numerosas innovaciones técnicas. Los frenos de disco, los neumáticos RunOnFlat o los sistemas de control de presión, son invenciones de Dunlop que han abierto nuevos horizontes y ampliado el legado de John Boyd Dunlop».

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