La obligación para los coches eléctricos de emitir ruido se retrasa

Estados Unidos retrasa dos años (hasta 2018) la obligación para los coches eléctricos de emitir un sonido cuando se circule por debajo de 30 km/h. El coche eléctrico está suponiendo un gran cantidad de quebraderos de cabeza en muchos aspectos, y entre ellos se encuentra el legal. En el año 2011, el Congreso de Estados Unidos, y gracias a que muchas asociaciones reclamaron a los gobiernos de los países que comenzaban a apostar firmemente por el vehículo eléctrico que era un peligro para las grandes ciudades que los coches eléctricos no emitieran ningún tipo de ruido, se promulgó una ley al respecto.

Estados Unidos y Europa decidieron crear sendas leyes que regulasen esta situación y que hicieran obligatorio a todos los fabricantes que incorporasen un sistema de aviso acústico a baja velocidad que no pueda ser desconectado. En Estados Unidos se fijó 2016 como el año clave y Europa fue más precavida y fijó una fecha algo más lejana: 2019. ¿Qué ha sucedido?

Los vehículos eléctricos e híbridos no llegan a representar más del 2% del parqué automovilístico.

Muy sencillo, la tecnología, como sabrás, suele ir varios pasos por delante del sector, en casi cualquier ámbito, y ahora los fabricantes han protestado porqueel ruido que ha sido establecido como mínimo es demasiado elevado, pero también los propietarios se han sumado a la queja y es que consideran que una de las grandes ventajas de estos vehículos es precisamente ese: la ausencia de ruido. Pongámonos en la situación de personas invidentes, niños que no escuchan un motor y cruzan, personas mayores… Hay muchas consideraciones por las que si un coche no hace ruido puede ser un problema.

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Por el momento Estados Unidos retrasa su normativa hasta septiembre de 2018, como poco, y en este espacio de tiempo se debe llegar a un consenso. Nosotros hemos probado bastantes coches tanto híbridos como eléctricos y muchos ya incorporaban un sistema que emite un ligero ruido cuando circulas por debajo de 30 km/h. El problema es que es desconectable, el usuario puede decidir si activarlo o no, y esto es algo que no cumpliría con la futura normativa.

¿Y ahora que deben hacer los fabricantes? ¿Desarrollar cada uno su propio sonido? El problema de esta inseguridad legal es que no se puede dar una solución a los verdaderamente afectados, los transeúntes. Vía Hipertextual

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