¿Urnas o playa?

7 de julio ¡San Fermín!

Uno de enero, dos de febrero, tres de marzo, 4 de abril, 5 de mayo, 6 de junio, 7 de julio ¡San Fermín!… Así dice la popular canción en honor a las fiestas taurinas navarras. Ahora veo a más de uno cantado al pequeño santo para pedirle protección en la carrera a la Moncloa.

Miuras enrabietados y con ganas de empitonar es lo que parecen algunos y así se antoja complicado llegar a un acuerdo que permita iniciar la legislatura. Buscan con la mirada fija el objetivo, que no es otro que el interés propio, la butaca que más poder ofrezca y más posibilidades de repartir otorgue.

El bien común y el beneficio del país queda en un plano secundario. Allá a lo lejos. Tan lejos que apenas lo ven. Lo suficientemente oculto para que no moleste y no tengan ni que mirarlo.

Los pactos son difíciles y complejos, pero a su vez imprescindibles. Es lo que ha decidido la ciudadanía, ni más ni menos, y debemos cumplir con lo demandado. Unas nuevas elecciones no obrarán milagro alguno. Nadie obtendrá mayoría y dudo mucho que apenas cambien los resultados. Por lo tanto, solo queda un camino: sentarse a negociar, escuchar, ceder, convencer, abrir las miras, pensar en todos y no en el propio interés.

España ya no es bicolor. Al rojo y al azul, las urnas, han querido unir muchos colores. El naranja y el morado son colores imprescindibles en cualquier composición. Pero parece que no todos lo tienen claro. Algunos se empeñan en quedarse anticuados y querrán decir que son clásicos, pero no, son desfasados. Las modas son las que son y ahora toca el multicolor.

Los próximos días, las próximas horas, serán claves para vislumbrar el camino elegido por cada partido y por cada líder. La responsabilidad y la sensatez deben de guiar las decisiones. Confio que así será.

Artículo de colaboración de Toni Subiela

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