Un 9N, el de hace ya 25 años, cayó el Muro por antonomasia, el de Berlín. Otro 9N, el de ahora, se erige un Mulo, el de Barcelona, hijo del burro con el que los catalanes se identifican a sí mismos y el caballo a lomos del que Artur Mas corre desbocado hacia el precipicio político por el que va a despeñar a su partido en beneficio de ERC y en perjuicio de España.
Soy de los que piensa, con Rajoy, que nada cabe contra la ley. Pero también soy de los que piensa, contra Rajoy, que sólo con la ley contra la tozudez del asno nada se puede. Al Estado le ha faltado acción política en Cataluña en los 30 años en los que ha dejado hacer en exclusiva a quienes ansiaban llegar a este 9N y no al de hace 25 años.
9N que nos afecta también a los valencianos. Porque el Gobierno, temeroso de que la corriente separatista (irremediablemente mayoritaria en Cataluña hasta que la genealogía y la educación revierta la situación actual dentro de 70 años) cuaje en el resto del Arco Mediterráneo (lo que supondría un órdago a la grande al Estado), está obligado a hacer gestos antes de las Autonómicas que ayuden al PP valenciano frente al Tripartit y Podemos. Por la cuenta que le trae de cara también -sobre todo- a las Generales. O al menos eso esperan en la calle Quart.
PD: enhorabuena a Ricardo y Laura. Que el matrimonio Costa Chorro (que suena claramente a crucero por el Caribe) tenga la mejor singladura.