Alertas político-empresariales

La primera vez que fui consciente del importante papel que los empresarios de mi Comunidad juegan -cuando quieren- en política fue en una Noche de la Economía Alicantina de hace una veintena de años. El anfitrión, Emilio Vázquez Novo, a la sazón presidente de la Cámara de Comercio de Alicante, en un discurso duro, contundente y reivindicativo, señaló con un dedo al President socialista Joan Lerma y con el resto a las carencias que la provincia de Alicante padecía, sobre todo en materia d infraestructuras.

Fue un bombazo, que anticipó la llegada al poder autonómico de dos realidades que hasta entonces se creía imposible que pudieran alguna vez “invadir” la Generalitat Valenciana: el PP y Alicante, encarnadas en una misma persona, y auspiciada precisamente por un patrono empresarial, Federico Félix, que ofició de intermediario con UV, socio necesario y suficiente para el relevo.

Ahora, tantísimos años después, estamos otra vez a vueltas con el papel político de los empresarios de esta Comunidad. Que va y se reúnen para poner el grito en el cielo contra Montoro y Rajoy, forzando a Fabra a colocarse al día siguiente en cabeza de esa manifestación de resultado aún desconocido. Esta misma semana el ministro de la tijera se reunirá con empresarios catalanes y conoceremos las balanzas fiscales por autonomías.

Pero aún no hay fecha para que nuestro President (al que llaman “beligerante” como quien llama renegón a un crío) envuelto en empresarios autóctonos sea recibidos por “madrid”. Total, para, según las últimas noticias, decirnos otra vez a los valencianos que no. Por eso, esos mismos empresarios -sus principales representantes- han acabado pidiendo ayuda a la líder del PSOE, a la mismísima Susana Díaz, a ver si aliándose con ella se consigue algo ahora, sin esperar a que gobiernen España los socialistas, que nunca se sabe cuándo podrá ser.

No es Ximo Puig quien recurre a Díaz para acercarse a los empresarios valencianos, como a mi juicio alguien ha interpretado erróneamente analizando el encuentro en clave local. Esa parte de los preparativos empresariales para un cambio político más probable a nivel autonómico que nacional ya había sucedido dos-tres semanas antes, en una cita apenas comentada en la que el secretario general y candidato de los socialistas valencianos (sin Susana) recibió a los principales responsables de la empresa más grande de la Comunidad Valenciana y una de las principales exportadoras de España, la Ford de Almussafes.

Ése, y no otro, es, a mi juicio, el momento en el que los empresarios dieron la más evidente muestra pública de que creen ue el cambio aquí es posible. Ésa, por tanto, debiera haber sido -quizá lo fue- la gran señal de alerta (tras abandonos y sobresaltos varios, encuestas aparte) para los habitantes del Palau. Y que nadie se inmutara por ello en La Moncloa, la definitiva.

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