¿Urnas o playa?

De nuevo a la gresca con la educación

Cambio de gobierno, cambios en educación. Es una consecuencia que parece inevitable al menos hasta el momento.

El proceso de implantación del sistema de inmersión lingüística que lleva en su programa electoral Compromís ya está en marcha. Lo primero es evitar que los padres puedan elegir el idioma de inmersión, para directamente imponer el “valenciano”. Las líneas de castellano se reducirán al mínimo y serán el refugio de los alumnos discriminados por el propio sistema, cuyo futuro educativo no será nada alentador y con muchas papeletas en el sorteo del fracaso escolar.

Seguro que los fanáticos del nacionalismo me tildan de antivalencianista porque interpretarán que no quiero que se enseñe en valenciano. Nada más lejos de mi verdadera intención. Por supuesto que quiero que mis hijos aprendan valenciano, tanto o más como que aprendan castellano e inglés. Y dar 2 horas a la semana de castellano y 2 horas más de inglés…pues no hace falta explicar más para saber que nivel de idiomas sacarán nuestros hijos del instituto.

Si realmente se preocuparan por educar y no por adoctrinar, el nuevo Consell abriría un proceso de diálogo entre todas las fuerzas políticas, para que sin fanatismos ideológicos, para que sin prisa pero sin pausa, establezcamos un modelo educativo que mire a 30 años y no a 4. Si realmente se preocuparan por educar y no por adoctrinar… no serían Compromís, y el problema es que son parte del gobierno autonómico, los responsables de educación gracias al partido socialista.

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