El Referéndum, la raza catalana y los valencianos

¿Quiere usted que Cataluña se convierta en un Estado? Y en caso afirmativo, ¿Quiere que Cataluña sea un Estado independiente? Éstas son las dos preguntas que se realizarán, según Convergència i Unió (CIU), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) e Iniciativa per Catalunya – Verds (ICV), en el hipotético y poco probable caso de que se realice el llamado Referéndum por la Independencia de Cataluña.

Mucho se ha debatido sobre el tema, y son muchas las preguntas que debemos plantearnos, al igual que las posibles respuestas. ¿Por qué se realizarán dos preguntas en vez de una? ¿No hubiera sido más fácil preguntar simple y llanamente: quiere usted que Cataluña se independice de España? Evidentemente que lo es, pero introduciendo la segunda cuestión, el nacionalismo catalán consigue que, aquellos que no quieren la independencia, puedan votar igualmente por un estado catalán. En definitiva, se trata de ganar sí o sí, incluso si no se realiza el Referéndum (que es lo más probable porque no existe un marco jurídico que lo ampare), pues España, esa gran opresora, al impedírselo, convertirá a los independentistas catalanes en víctimas, y el odio hacia el Estado crecerá. Véase el  reciente simposio promovido por la Generalitat cuyo título rezaba “Espanya contra Catalunya: una mirada històrica”.

 

Sin embargo, si la promoción del mal hispánico por la instituciones catalanas ya es motivo de preocupación, más todavía lo es el tinte nazionalista (con z) que, como veneno ponzoñoso, recorre las arterias de CIU y ERC, con reivindicaciones en las que se ensalza la raza catalana, se castiga a los castellanoparlantes, o se promueve el imperialismo propio de siglos y guerras pasadas al pretender la anexión de otros territorios cuyas gentes rechazan frontalmente tal posibilidad. Así, nos levantábamos el día de Navidad con un artículo del Presidente de la Generalitat, Artur Mas, en El Punt Avui, en el se hacía referencia a un discurso de Francesc Macià, ex President de la Generalitat en tiempos de la Segunda República y, paradójicamente fundador de ERC, en el que se ensalzaba y defendía los valores de éste, y donde se alude al “espíritu inmortal de nuestra raza (catalana)”.

 

Una raza, la catalana, que ni existió, ni existe, ni existirá nunca, pese a las “grandes contribuciones” antropológicas que realizaron entusiastas filonazis catalanistas como Pompeu Gener y su “Teoría Racial de la Nación Catalana”, o Joaquim Casas-Carbó y su defensa del origen ario de los catalanes, al igual que los idolatrados Enric Prat de la Riba, quien escribió sobre la contaminación castellana de la raza catalana, y Pompeu Fabra, quien firmó “Per la preservació de la Raça Catalana”, todos ellos con calles o plazas dedicadas en Cataluña. Y es que, por si alguien tuviera alguna duda, científicos de la Unidad de Biología Evolutiva de la  mismísima Universitat Pompeu Fabra (sí, han leído bien) de Barcelona, en un estudio realizado en 2010, concluyeron no solo que no existen grandes diferencias genéticas entre las poblaciones españolas, sino que dentro de esta homogeneidad general, la investigación los genes de la población valenciana divergen más de los del resto de españoles que los de los vascos o catalanes.

 

Y mientras unos pierden el norte en sus posicionamientos, otros, como los valencianos, no encontramos el rumbo a seguir. La realización de un Referéndum independentista en nuestra tierra quedaría marcado en la historia por obtener unos resultados absolutamente ridículos, pues es bien sabido que el sentimiento de españolidad de los valencianos es uno de los más marcados del Estado, pese a los agravios sufridos en comparación con otros territorios, como la propia Cataluña. Sin embargo, estos perjuicios comparativos están provocando un sentimiento creciente de defensa de los intereses valencianos y, si fueran otras las preguntas a formular, tendrían posiblemente una respuesta afirmativa o, cuanto menos, llamativa. Se me ocurren, por ejemplo, las siguientes: ¿cree que existe una deuda histórica del Estado con la Comunidad Valenciana? ¿Cree necesaria una revisión del modelo de financiación del Estado que beneficie a los valencianos? ¿Votaría usted a una fuerza política 100% valenciana? ¿Apoyaría el paso del Estado de las Autonomías a un Estado Federal? ¿Cree que la Lengua Valenciana es un dialecto del Catalán? Empecemos pues a preguntar, y a exigir.

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