Lo fácil y seguramente más popular sería aprovechar esta ventana al mundo para defender la igualdad de trato a todas las personas que la ley obliga. Pero quiero ir más allá porque las desigualdades hoy, en pleno siglo XXI no son casos excepcionales ni exclusivos de otras culturas, tradiciones y países. No, las seguimos viviendo día a día tanto en el ámbito privado como en el público, aunque se “oculte” bajo el manto de la descalificación puntual.
El ejemplo que me enerva ha sido la actitud del seleccionador nacional de fútbol femenino, Ignacio Quereda y no porque ahora, por fin, 23 profesionales hayan dicho basta y hayan descrito contrariadas situaciones “sufridas”. No es este un artículo contra una persona, sino contra una situación que no debería ser noticia porque no tiene nada de novedosa, una manera de trabajar con un grupo de personas que mas que alumnas se sentían esclavas de unos métodos y unas formas antiguas, obsoletas, caducas y sobre todo denigrantes.
Y digo que no debería ser noticia porque en los 27 años que el Sr Quereda lleva en su responsabilidad han sido muchos los casos de trato discriminatorio hacia las mujeres que han acontecido y nunca el máximo responsable de la selección ha levantado su voz para condenarlo. Ahora esta todo el mundo contra el porque la selección femenina de fútbol merece lo primero respeto y el Sr (?) Quereda no se lo tiene. Pero que a nadie se le olvide que quien lo nombró hace 27 años es quien lo puede cesar. Angel María Villar mantiene su cortijo blindado y protege a sus amigos. La Federación debe abrir las ventanas y dejar que el viento limpie atmósferas viciadas, Si la situación se mantiene es porque Villar ata perfectamente los procesos electorales y los «votantes» (Clubs) son co-participes de sus decisiones, son también responsables de que el Sr (?) Quereda salga impune tras tratar de “chavalitas” a grandes profesionales.
En el partido de semifinales de la Copa de la Reina de Fútbol en junio de 2007 uno de los jueces de línia inquirió a un jugadora del Levante UDF con un “tu lo que tienes que hacer es irte a fregar”. Han pasado algunos años y no parece que esto vaya a mejor. Por eso no es este un artículo contra una persona, es un articulo contra todo aquel (hombres y mujeres) que consienten que estas situaciones persistan y no alzan la voz o ponen remedios para acabar con ellas.
Mercedes Caballero