Lluvia de empleos e incertidumbres políticas

No todo son malas noticias. En los últimos días hasta se ha producido alguna buena. Como la confirmación de la fecha en la que abrirá sus puertas la multinacional sueca IKEA. Cuando la tienda de Alfafar, la primera que verá la luz en la Comunitat Valenciana, levante la persiana el próximo 17 de junio, 400 personas habrán dejado las listas del paro. De hecho, ya se han contratado a 210. Todos ellos están siendo formados en otras tiendas IKEA de España, un proceso que costará a la empresa un millón de euros. No está nada mal.

Otra buena noticia; la apertura de la tienda Bauhaus en Paterna. En este caso serán 150 los nuevos contratos generados, previsiblemente, antes del mes de agosto, si bien la empresa dedicada al Bricolaje y la Construcción estima que generará otros 150 trabajos indirectos.

También son muchos los ayuntamientos que están creando nuevos puestos de empleo. En Paiporta y Moncada se han creado puestos de trabajo específicos para parados de larga duración, en Quart de Poblet jóvenes recién titulados trabajan en servicios municipales -el año pasado lo hicieron 212 personas-, y un suma y sigue que hace pensar que por primera vez en mucho tiempo está empezándose a generar empleo. A estas buenas noticias se suman otras no tan buenas.

Decir que “hemos atravesado con éxito el Cabo de Hornos”, frase que pronunció Rajoy, me parece con nuestros niveles de parados una absoluta temeridad. Y más cuando las incertidumbres políticas son muchas y pueden acabar pasándole factura a la Economía, hundiéndola aún más –si es que eso es posible-. ¿Por qué? Principalmente, por la corrupción y por la falta de credibilidad hacia los políticos en general. Eso a nivel nacional.

A nivel autonómico la lista es la misma, pero ampliada. ¿Cómo acabarán los desencuentros entre Rus y Fabra?, ¿será Fabra candidato autonómico a las próximas elecciones?, ¿cómo afectará el resultado de las europeas?, ¿volverá RTVV?

Estos y otros asuntos irán teniendo respuesta conforme avance el tiempo. Eso sí, ante unos malos resultados electorales en las del 25-M, el PPCV tendrá que revolucionarse, en el sentido de agitar a su electorado para ganar espacio por la derecha o por la izquierda. Tendrán que cambiar el discurso si no hay posibilidad de que Madrid se comprometa a mejorar la financiación.

El agua, la defensa de lo valenciano y nuestras señas de identidad han funcionado hasta ahora como elementos centrales de discurso para los populares. Pero el paro aprieta y ahoga, y a la gente lo que más le importan ahora son cosas más mundanas. Así que quien conecte las necesidades de la ciudadanía y sepa generar ilusión y esperanza, se llevará el gato al agua.

Si como han apuntado recientemente algunas encuestas los partidos ahora minoritarios en Les Corts ganan peso, populares y socialistas tendrán que arremangarse desde ya para ganarse la confianza de la gente.

Aunque soy de los que cree que los ciudadanos votan en cada elección sabiendo a qué partido eligen, estas elecciones europeas van camino de convertirse en un ensayo de las autonómicas y locales. Y sus resultados serán analizados con lupa pueblo a pueblo, para saber cómo está el electorado. Y, o mucho me equivoco, o va a haber grandes sorpresas. Al tiempo.

Fernando Alabadí
@MeridianoHorta @Fernandoalabadi
Director de El Meridiano L’Horta
www.elmeridiano.es

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