Lo que es y lo que no es

 

También hubiera podido titular estas líneas. “Al ridículo por la recomendación”. Y es que lo que llamamos Europa, es decir la Comisión Europea, olvida lo que es para refugiarse en lo que no es. La Comisión no pierde oportunidad de sorprender a los que pagamos sus sueldos, con pronunciamientos que, aparentemente, están en abierta contradicción con lo que sería de esperar de una Europa moderna, culta, desarrollada y competitiva.

Qué es la Comisión, es algo difícil de definir, más allá de como lo hacen los textos constitutivos desde Roma hasta la actualidad. Pero no es un superpoder entre infra-poderes, ni es un super-gobierno, ejerciendo la autoridad sobre los gobiernos de los países miembros; por eso se limita a hacer recomendaciones y, teóricamente podría imponer sanciones que las más de las veces quedan en agua de borrajas. Y menos mal que así es.

Pero, también recomendando se puede hacer el ridículo, aunque, los que se sienten investidos de esa auctoritas, estén convencidos de haber descubierto la piedra filosofal. Lo que me preocupa en este momento, son las manifestaciones del Comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn. Parece que el objetivo del comisario, es la Europa de la mediocridad, de aquí que proceda expedientar a países económicamente caóticos –es una forma de incentivar la mejora– pero también expedientar a los que lo hacen demasiado bien, y esto cuesta más de explicar.

La Comisión tiene entre manos, la posibilidad de un expediente a Alemania por ser demasiado competitiva. No piensen que me he expresado mal, no es así. Deben ser menos competitivos, porque el año terminará en un superávit estimado por cuenta corriente del 7% del PIB. ¿Es un problema de competitividad o de envidia?

Yo sinceramente pensaba que la única solución, al menos en el estado actual de las cosas, es que Europa fuera más competitiva que Norteamérica y que Asia, nuestros competidores naturales en el comercio mundial. Pues, al parecer, no; el señor Rehn pretender expedientar a Alemania por demasiada competitividad. Es cierto que también le pide liberalizaciones, pero esforzarse en ser menos competitivo…

Señor Rehn, si ese superávit continúa y no se manosean los tipos de cambio, ya se encargarán éstos de resolver el problema de los superávit del sector exterior. Y yo que creía que había que imitar el éxito y no que sancionarlo…

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