Juan Vicente Pérez Aras, Diputado Nacional PP. Un Consell y una Legislatura agotados

MARE NOSTRUM. Antídoto contra el populismo y la demagogia.

El verano climatológico se nos va, dejando un tórrido recuerdo de su paso por estas tierras como no se recordaba y con él, el exiguo verano político marcado por las próximas citas electorales. Corto para algunos porque los de la «nueva» política, han hecho bueno el refrán y han permanecido desaparecidos disfrutando de su nuevo estatus tras los resultados del 24-M, olvidándose de todas las emergencias sociales y nacionales que amenazaban, según ellos, nuestro día a día y que con tanta vehemencia nos colaron en campaña.

El verano se va y nos deja unos Presupuestos Generales del Estado para el 2016 que ponen en valor esa alma reformista de las políticas desarrolladas por el Partido Popular que han determinado, para disgusto de algunos, que España se haya convertido en la locomotora del crecimiento de Europa y de toda la OCDE. Día a día, índice a índice, los indicadores nacionales e internacionales van desmontando los argumentos de una Izquierda que vuelve a toparse con el muro de la realpolitik. Unos presupuestos que demuestran la valentía y responsabilidad de un Gobierno que no ha tirado la toalla como hizo el Gobierno de Zapatero hace cuatro años, con una economía en quiebra y seis millones de parados.

En palabras de nuestro Portavoz en el Congreso, “es un presupuesto ambicioso pero a la vez es enormemente social, que tiene como prioridad a los ciudadanos, a las familia, en definitiva a los españoles … un presupuesto en el que se mejoran las pensiones, los salarios de los funcionarios, la fiscalidad de los trabajadores y pensionistas españoles, pero muy especialmente de los autónomos y, por lo tanto, es un presupuesto que va a servir para que España siga creando empleo, creciendo y siga consolidándose como una de las economías de la zona euro más sólida y con más futuro”.

Tras el Debate de Totalidad en el Congreso, la izquierda volvió a retratarse en su anclaje populista y demagógico. Una argumentación totalmente desfasada y nihilista, abonada a la teoría de la catástrofe que tanto les gusta predicar desde sus tribunas mediáticas. Toda una Oposición que fue contundentemente replicada por un extraordinario Cristóbal Montoro, que desarrolló una pormenorizada y exhaustiva labor pedagógica desde la ortodoxia liberal. Una a una, todas las argumentaciones de los diferentes grupos parlamentarios fueron desmontadas.

La izquierda keynesiana, la del intervencionismo a ultranza del Estado desde políticas expansivas del gasto, que luego pagamos todos, fue vapuleada intelectualmente por su falta
de argumentos y el desfase de su anclaje ideológico. No se puede vivir eternamente de la demagogia y de una ideología trasnochada y totalmente desactualizada para este siglo XXI,
cuyos retos la superan.

No podemos esperar que el modelo Griego, o el de Venezuela y sus adláteres, un modelo fallido allí donde lo han aplicado, sea la panacea para España porque no es verdad. Este
Presupuesto viene a confirmar que los españoles no se equivocaron al determinar de forma abrumadora, que fuera otra vez el Partido Popular quien nos sacara de la crisis. Este es el Presupuesto de la Recuperación, el del compromiso social dirigido al bienestar de la sociedad.

Una sociedad que ha contribuido de forma ejemplar a que ello sea posible, con su esfuerzo y sacrificio. Entre todos hemos generado el verdadero cambio y ahora empezamos a recoger
esos frutos. Por todo ello, sigamos apostando por las personas desde la Política.

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