No son chiquilladas

Pero no lo son, las de todos aquellos que hacen ostentación, con signos, símbolos o ademanes, de doctrinas políticas que han mostrado la intolerancia con quienes no aceptan sus opiniones, llegando a eliminar a quienes se oponen a las mismas, aún con pretensión de legalidad. Por ello, no es que estoy sólo en contra de los signos, sino también en contra de las ideologías que constituyen su respaldo.

Ante su presencia caben dos actitudes: opinar que son chiquilladas y que la democracia es tan fuerte que no importan tales manifestaciones, o suponer que son un peligro para la convivencia pacífica en libertad y, consecuentemente, hay que combatirlas legalmente. Ejemplos hay de las dos opciones: países de democracia arraigada que nada dicen respecto a estas ideologías, y otros que las prohíben, persiguiendo su manifestación o apología.

Dicho lo cual, me preocupa, aunque no me sorprende, que la Unión Progresista de Fiscales pretenda interponer acciones legales contra los actos de enaltecimiento fascista. Me parece muy bien la idea, pero no me parece bien la restricción. ¿Qué hacer con los comunistas? ¿La mano en alto es más perjudicial que el puño levantado? ¿La esvástica es más dañina que la hoz y el martillo?

Si miramos el volumen de asesinatos que en el mundo se han producido desde que estas ideologías toman carta de naturaleza, la hoz y el martillo lleva la delantera a las englobadas como fascistas, por muchos cuerpos de ventaja. Es cierto que el nacismo, el fascismo, el franquismo, el régimen de Pinochet, el de Videla y alguno más, acabaron con la vida de sus opositores por el hecho de serlo. Pero no es menos cierto, que ni se aproximan en número a los que fueron igualmente eliminados por el comunismo soviético (ya desde el 1917), por el chino, por el camboyano, por el cubano, por el norcoreano, por el vietnamita y por algunos otros. Sólo Stalin, acabó con más vidas que todos los filofascistas que en el mundo han sido.

Interpréteseme bien; no estoy diciendo que los llamados fascistas (porque eran diferentes entre sí) eran ángeles y los comunistas demonios; en mi opinión, todos eran diablos, y todos deberían estar incapacitados para la vida democrática. Si cualquiera de ellos volviera a detentar el poder, volverían a implantar regímenes equivalentes. Por eso me preocupa la manifestación de los Fiscales Progresistas.  

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