Perdona que te diga

Afronto la invitación que se me ha hecho de participar semanalmente con mi opinión en esta aventura digital que supone Valencia News, con todo el interés que siempre conlleva un nuevo reto. La inicio titulándola con una expresión que utilizo mucho, porque, digan lo que digan, la franqueza no es incompatible con la política. Es posible decir la verdad, lo que realmente se piensa, pero eso sí, con buenas formas. Perdona que te diga, pero… Valga esta introducción para dejar claro desde el minuto cero, que lo afronto sin límites, sin coartarme con lo políticamente correcto.

La invitación me llega cuando estoy a punto de empezar a vaciar mi despacho de les Corts. Desde la serenidad que genera el sentimiento del deber cumplido durante los dieciséis años en los que he sido diputada autonómica, doce de ellos como portavoz de economía de los socialistas valencianos y los últimos cuatro, ya en un puesto más institucional, como Presidenta de la Comisión de Economía, Hacienda y Presupuestos.

Reconozco que mi tranquilidad y serenidad personal puede parecer enfrentada con la situación política actual, donde hablar de nerviosismo e incertidumbre es poco. Es obvio que los espacios son distintos y sobre eso “hablaremos” en las próximas semanas. Porque, como no me canso de repetir durante estos días, no abandono la política, simplemente abandono Les Corts.

Es cierto que el parlamento es un escenario privilegiado para cualquier persona con inquietudes políticas, es, El Escenario. Pero, no es menos cierto que en los últimos tiempos las cosas han cambiado, los platós de televisión, las tertulias y debates son ahora la cuna que mece a las nuevas estrellas políticas. En realidad, de una forma u otra, se ha acabado eso de votar cada cuatro años, elegir a nuestros representantes y que ellos se encarguen de todo. Porque se puede, se debe, estar implicado en la política de todos los días. Yo lo estaba antes de ser diputada y lo seguiré estando dentro de pocos días cuando deje de serlo

No abandonaré la indignación por la corrupción que ha habitado en nuestra tierra y nos ha dejado con las arcas públicas llenas de telarañas, hay que denunciarla se esté donde se esté; la indignación contra las injusticias, como el desempleo eterno para aquellos que se fueron al paro con cincuenta años o más, o la de nuestros jóvenes que tienen que irse a miles de kilómetros para encontrar el trabajo digno que aquí se les niega, o que lo sueldos hayan bajado tanto que haya gente pasando serias necesidades a pesar de tener trabajo, en pleno siglo XXI la Casa de la Caridad ha hecho un informe que confirma la cronificación de la pobreza en nuestra tierra; por no olvidar a tantos pensionistas que consiguen mantener a hijos y nietos con su magra pensión. Me indigno con las noticias sobre violencia de género y el elevadísimo número de asesinatos, pero también cuando se nos presentan estudios que afirman que nuestra juventud tiene comportamientos machistas, con lo que se eterniza esta lacra y nos presenta una sociedad que retrocede en vez de avanzar. No me conformo y me sigo sublevando ante los recortes de los servicios públicos básicos que aumentan las diferencias sociales hasta límites indecentes, porque hablamos de la salud de las personas, de la educación de nuestros niños o de la atención de los dependientes. Me desespera que la derecha utilice de forma puramente electoralista el derecho más personal de una mujer, el elegir libremente sobre su maternidad y que la alcaldesa más de derechas de España, mi alcaldesa desde hace veinticuatro años, ni conozca ni respete nuestra lengua y provoque mofas y befas. No puedo entender el hachazo a la cultura de efectos incalculables que supone el 21% de IVA….

Frente a tanta indignación, hay propuestas para cambiar la situación y personas dispuestas a llevarlas a cabo, porque en menos de tres meses los ciudadanos van a tener en sus manos la elección. Porque quedan menos de 80 días para seguir igual o cambiar, porque es la primera vez desde hace muchos años, que ese cambio es una posibilidad real, porque además a la política han llegado nuevos actores que pretenden ser protagonistas y quizás puedan serlo. El 24 de mayo es la gran incógnita y de aquí a entonces queda mucho por decir.

Ahora ya me conoces, sabes lo que me inquieta y me preocupa, a partir de ahora nos encontraremos en esta Tribuna, coincidiremos o no, pero ya sabes, amigo, amiga, perdona que te diga, pero,,,

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