Ruidos interesados sobre Gibraltar

Hace trescientos años que perdimos el Peñón. Fue consecuencia de la «Guerra de sucesión», no de secesión como diría algún catalán,  al trono de España que se disputaban el pretendiente austriaco, apoyado por Inglaterra, y el nieto del Rey de Francia. Ganó este que subiría al trono español con el nombre de Felipe. A cambio de lograr la corona y la paz hubo de ceder a Londres dos plazas estratégicas en la época Gibraltar y Menorca, ésta la  recuperaríamos, el Peñón por su lugar privilegiado, no.

La pérdida se selló en el Tratado, o los tratados de Utrecht, que tardaron casi dos años en ser negociados por los plenipotenciarios británico y francés.

Gibraltar es la unica colonia existente en Europa. Las Naciones Unidas, reconociendo el hecho, es decir, que se trata de una colonia, han pedido, desde la época de Franco, que hizo en esto una tenaz esfuerzo diplomático, a España y Gran Bretaña que negocien. Los ingleses hace años que no se niegan pero camelean, les interesa discutir los temas de cooperación, seguridad, medioambientales, de comunicaciones pero menos, aunque hagan el paripe, los de fondo, la soberanía. Se escudan en que han de respetar la voluntad de los 37,000 gibraltareños, argumento curioso si tenemos en cuenta que hace quince años no respetaron la de los 6 millones que vivían en HongKong. España replica que va a respetar todos los derechos de los habitantes del peñón, TODOS, pero la soberanía nos corresponde. La resolución clave de la Onu dictamina que «todo intento encaminado a quebrar la integridad territorial de un país es incompatible con los principios de la Carta de la Onu.

El último incidente es la colocación por los gibraltareños de varios bloques de cemento, lo que perjudica a nuestros pescadores, en aguas que reivindicamos las dos partes. Esto altera el status quo y España, queriendo seguir negociando con Londres, ha replicado haciendo algo a lo que tiene derecho, aumentar los controles sobre el acceso al Peñón. No sólo para hacer valor que nosotros también tenemos elementos de presión sino para poner de relieve hechos que nos perjudican enormemente, el contrabando de tabaco desde Gibraltar, ¿ 120 millones de cajetillas al año?, perjudica a nuestra hacienda y el paso de droga tambien nos es nocivo. La existencia en el minúsculo territorio de más opacas sociedades mercantiles que habitantes tiene el territorio tampoco nos beneficia.

El gobierno no debe alzar la voz pero tampoco bajar la guardia. Más o menos lo que ha hecho. Debe actuar con firmeza y consciente de las consecuencias de los pasos que da.

No entiendo, en consecuencia, las voces que se alzan tachando a la acción gubernamental de patriotera, altisonante y franquista. A tenor de lo que ha hecho Rajoy hasta ahora, la acusación es un dislate lleno de demagogia, que intenta, entre otras cosas, mostrar que al gobierno no le interesa la suerte de los pescadores etc… 

¿Es patriotismo tratar de defender nuestros intereses y poner de manifiesto Gibraltar es un parque temático y tienda cuyas actividades nos perjudican ? ¿ Debe el gobierno cruzarse de brazos si se altera el equilibrio sobre las aguas y se hostiga a nuestros pescadores? ¿No dirían los que ahora protestan que el gobierno del PP es un calzonazos al que todo el mundo se le sube a las barbas?

La única manifestación «altisonante» de Margallo ha sido manifestar que en la mesa de la negociación hay dos banderas, la de España y Gran Bretaña y que si los gibraltareños quieren asistir que lo hagan pero no como una tercera parte sino como miembro de la delegación británica de la que son una colonia. Es normal. Zapatero y Moratinos, intentaron»darles cariño» sentándolos a la mesa pensando ingenuamente que eso los acercaría a España. Un voluntarismo galopante, el sentimiento de los habitantes hacia la incorporación España no cambió un centímetro durante el reinado de Zapatero. Están en el mejor de los mundos y quieren seguir estándolo.

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