¿Urnas o playa?

¿Urnas o playa?

Será una difícil decisión para muchos el próximo 26 de junio, y es que al hartazgo general por tantas elecciones y al cabreo ciudadano por tener que repetir las últimas, se añade el sol, la playa, los niños, el chiringuito, la sombrilla, la hamaca y esa brisa del mar que nos hechiza en cuanto llega el veranito. ¿Urnas o playa?¿Urnas o playa?

No fue buena idea repetir las elecciones. Ahora tendremos que apelar a la responsabilidad por y para tu país, cuando precisamente la falta de ella es la que nos lleva a tener que volver a votar, ahora en chanclas y bañador. La incompetencia de alguno de los candidatos, que para más inri vuelve a presentarse, nos aboca a unas elecciones que tienen aroma a altísima abstención.

Gasto extraordinario de las arcas públicas, esfuerzo infinito de unos ciudadanos hartos de despilfarros y una imagen lamentable de una clase política que no cumple con su obligación, que no obedece a lo que se le encomendó en las urnas y que obliga a pasar un nuevo proceso electoral. Ese es el resumen de este “déjà vu” que tendrá su colofón el próximo el 26 de junio.

El día del principio del fin o del fin del despropósito, no sé muy bien como definirlo, porque sea como sea, llevamos no sé cuántos meses sin un Gobierno estable y legítimo en nuestro país. Provisionalidad política inaceptable en un país que se precia de pertenecer al llamado primer mundo, pero que tiene algunos líderes políticos dignos, mas bien, de repúblicas bananeras, dictaduras mortadelianas o islas piratas. Menos mal que estos dicharacheros metidos a políticos no son ejemplo de la mayoría de españoles. Esos que iremos a votar antes de ir a la playa o cuando volvamos del chalé y la piscina, pero que no dejaremos de cumplir con nuestra responsabilidad.

 

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