Mare Nostrum, Un mundo difuso para una agricultura en riesgo

Un presupuesto centrado en las personas

La persona como eje de la acción política, su defensa y protección como prioridad era, es y seguirá siendo uno de los principales valores de un Partido Popular, que con sangre, sudor y lágrimas está recomponiendo una situación fuera de todo control, hace tan sólo tres años. Y al igual que sucediera en 1996, el Partido Popular está volviendo a invertir la tendencia errática de las políticas equivocadas de una Izquierda sumida en un frentepopulismo peligroso, en el que todo vale.

Hoy nuevamente la sociedad está volviendo a asumir el protagonismo del cambio. En esa sociedad, en las familias españolas, encontramos esa energía, ese espíritu de sacrificio, esa iniciativa y esos valores imprescindibles para que las cosas mejoren. Y el Gobierno, en vez de dirigir y controlar ese potencial social para su propio beneficio, como tan bien nos ha enseñado la Izquierda a lo largo de la historia, tan solo debe poner a su disposición los instrumentos y los medios necesarios para que se produzca un empoderamiento ineludible e imprescindible para el progreso de una sociedad moderna.

Y el mejor ejemplo lo estamos viendo en la tendencia del paro. Este trimestre se ha revelado histórico en el mercado laboral, con el mayor descenso en un año desde 2001; con el mayor incremento en dos años de la ocupación; con más de 100.000 nuevos puestos de trabajo en la Industria; por el gran tirón de los Autónomos; con una mejoría de la situación de los hogares que han visto reducido el número de aquellos con todos sus miembros en el paro; con la reorganización del sector público que continúa sus ajustes, contribuyendo a una mayor estabilización del sistema.

En ese sentido los PGE para 2015 no dejan de ser un vital instrumento en ese difícil camino de la recuperación. Unos Presupuestos que manifiestan esa defensa del Estado del Bienestar y la cobertura social de todos aquellos que más lo necesitan, aquellos más dependientes del Estado y que han sufrido en mayor medida los rigores de una crisis sin precedentes. Y en medio del temporal mediático y del ensordecedor ruido de los “entornos” ad hoc, el Partido Popular sigue su hoja de ruta, centrada en el objetivo y la prioridad de sacar adelante al país, consolidar el crecimiento económico y crear empleo. Un espíritu reformista que no se improvisa, que rompe el inmovilismo de una izquierda que hace tiempo cambió la lucha por el “poder” por la defensa de las “personas”.

Y dentro de ese tira y afloja cuantitativo en el que la demagogia centra sus arrebatos, la tan temida territorialización presupuestaria desata los ímpetus del populismo en un equivocado juego del “yo quiero más”. Un ejercicio donde los árboles nos impiden ver el bosque, aunque una parte del mismo se reconozca por activa y por pasiva injustamente tratado secularmente.

En nuestro territorio, el combativo Conseller Moragues valora de forma “positiva” pero “insuficiente” las inversiones contempladas en los PGE para 2015, aunque la inversión total regionalizable en la Comunitat se incrementa en un 28,11% frente al 15,13% de la media del resto de CCAA. Un total de 776,07 millones, 170 más que en el ejercicio anterior. De los cuales destaca la apuesta “fundamental y estratégica para la competitividad de la economía valenciana” del Corredor Mediterráneo, que supera los 113 millones de euros. Además, la Comunitat es la segunda que más recibirá del Fondo de Compensación Interterritorial, cuya partida se incrementa en un 2,5% y asciende a 55,2 millones de euros.

No podemos caer en el victimismo, y ello no implica ni muchísimo menos dejar de reivindicar aquello que es justo, pero la corresponsabilidad es un ejercicio de toda sociedad madura democráticamente y más en momentos de dificultad. La tendencia sigue consolidándose a mejor, y los datos e informes oficiales así lo confirman.
Por ello, el Partido Popular no puede apartarse ni un ápice de aquello que siempre ha caracterizado su acción política, la defensa de las personas desde el rigor, la responsabilidad y el mayor compromiso por el bienestar, el progreso y la cohesión social.

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