Vintage, el ‘must’ más ‘in’

Queda oficialmente inaugurado el fin de semana del nuevo año que acaba de comenzar.

Bienvenido, querido 2015.

Durante estas 72 horas de vida ya nos has dejado tres días de momentos plagados de estrenos, reconversiones y reflexiones.

Mañanas de comienzos y noches de rescates.

Todo vuelve.

De hecho, desde hace varias semanas hablamos de algunas prendas, calzado y complementos que triunfaron en su día y han regresado a nuestras vidas para quedarse.

Lo vintage, a medio camino entre lo moderno y lo antiguo, está más in que nunca entre las ‘it girls’ y las que no lo somos tanto pero tenemos nuestro encanto. Una reminiscencia al pasado a través de ropa, zapatos, marroquinería, bisutería… que fue creada, como mínimo, dos décadas atrás y tenemos la oportunidad de poderla disfrutar en la actualidad.

Una masiva popularización que lleva algo más de veinte años siendo fielmente representada por Heather Renée Sweet, más conocida como Dita Von Teese, el icono de la moda vintage por excelencia.

Dita viste, casi de manera exclusiva, con prendas de segunda mano y complementa sus looks con un peinado y maquillaje acorde a la época a la que corresponde el outift en cuestión. Toda una caracterización de compleja imitación para los ciudadanos de a pie que nos conformamos con utilizar este estilo por razones meramente estéticas y que combinamos eclécticamente con elementos de diferentes épocas y lugares alejados de su razón de ser primigenia.

Pero, cuidado, no cometamos el error tan común de confundir vintage con retro. Mientras que vintage hace referencia, tal y como hemos avanzado, a aquellos objetos que han sobrevivido, al menos, veinte años después de su creación; lo retro tiene que ver con aquello que se ha fabricado en la actualidad inspirándose en la estética clásica.

Significados divergentes que representan dos estilos que comparten lovers a partes iguales.

Vintage.

Recuerdos de guerras y postguerras, de infancia y amores de juventud, de aquellos primeros bailes en los guateques, de reencuentros familiares, de paseos por la orilla del mar o por la sierra más castiza, de películas en el cine de verano…

Vintage.

Objetos de valor incalculable y memoria exquisita que se comercializan en pequeñas tiendas, aunque cada vez más abundantes, en los cascos antiguos de las urbes más cosmopolitas.

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