Investigación, conocimiento y tecnología, exigencias de los Premio Jaume I

 

 

La vigésimo quinta edición de los Premios Rey Jaime I, que tuvo lugar este lunes, congregó a numerosas personalidades del mundo de la política, Administración y ciencia. La cita, en la que la princesa de Asturias fue la encargada de hacer entrega de los reconocimientos en la Lonja de Valencia, estuvo arropada por centenares de ciudadanos en la calle lanzando mensajes de compromiso social y político. Pero también dentro, desde las voces premiadas, se emitieron juicios relativos al compromiso y los retos de futuro que pasan por la apuesta económica del país y el Gobierno. 

Así, el Premio Jaime I de Nuevas Tecnologías 2013, Antonio González Colás, aseguró que la próxima revolución tecnológica será lo que se conoce como «internet de las cosas», un conjunto de sistemas inteligentes conectados a nuestro alrededor para facilitar la vida y mejorar servicios y productividad.

«La siguiente revolución es lo que llamamos internet de las cosas: un mundo en el que vamos a estar rodeados de sistemas inteligentes para facilitar las vidas, dar mejores servicios y mejorar la productividad», explicó.

Como ejemplo citó sistemas que controlen el tráfico para mejorarlo, dispositivos en los coches para lograr una conducción más segura y evitar accidentes y tecnologías que permitan estar monitorizados veinticuatro horas al día para tener controlada la salud, entre otros.

Por su parte, el Premio Jaime I de Investigación Médica 2013, Jesús San Miguel, aseguró que es «peligroso» centrar el problema de la investigación en los recortes, porque lo importante es «cambiar la mentalidad y considerar la investigación como algo prioritario».

A su juicio, «sería doloroso que se hablase de investigación en un momento de crisis y no cuando las cosas vayan bien, porque un país que no genera conocimiento, que solo lo consume, acaba siendo siempre un país pobre».
Asimismo, defendió que la inversión en investigación «ha de venir de la parte pública, de la privada y también de los propios ciudadanos», y por eso reclamó una Ley de Mecenazgo que apoye la inversión en investigación.

El Premio Jaime I 2013 de Investigación Básica, Manel Esteller, consideró que los fondos de investigación han de ir dirigidos «a los mejores», con independencia de dónde se encuentren o del modelo de investigación que desarrollen, básica o aplicada.

A su juicio, para los investigadores será clave la aprobación de una Ley de Mecenazgo para que las «personas interesadas en poner dinero» para investigación «obtengan algo a cambio, más allá de los beneficios fiscales».

Asimismo, insistió en que la investigación «ha de financiar a los mejores, con independencia de dónde estén, porque no tiene color ni tendencia. Es algo que se está empezando a entender, pero que se enfrenta a mecanismos de resistencia establecidos durante siglos».

«En Estados Unidos se financia a los mejores, de forma competitiva, objetiva y evaluada por expertos», aseguró Esteller.

Este investigador consideró un «error» el hecho de que su premio no tenga patrocinador alguno, pues «la investigación básica descubre los mecanismos íntimos por los que suceden las cosas, y suele ser fundamental en descubrimientos posteriores».

Por su parte, el premio Jaime I de Protección al Medio Ambiente 2013, Xavier Querol, aseguró que hay que lograr que el conocimiento científico «fluya más en beneficio de la sociedad» y reiteró la necesidad de que los políticos cuenten con el asesoramiento de investigadores y científicos.

El premio Jaime I de Economía 2013 y profesor de la IESE Business School, Xavier Vives, aseguró que «superada la fase aguda de la crisis, llega una fase de crecimiento lento que no nos va a dar demasiadas alegrías».

El premio Jaime I de Economía 2013 y profesor de la IESE Business School, Xavier Vives, dijo que «superada la fase aguda de la crisis, llega una fase de crecimiento lento que no nos va a dar demasiadas alegrías».
«Hay que aplicar una serie de reformas estructurales que deben empezar por la educación, para equipararla a los estándares europeos, la investigación y el desarrollo, modernizar el mercado laboral y la eficiencia de la administración de Justicia», añadió, ya que a su juicio son medidas innegociables «para estar cómodos en la zona euro».

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