Playas anti-perros

 

Aunque las costas españolas están regidas por la Ley de Costas Nacional, son las comunidades y ayuntamientos las que elaboran la normativa de utilización de sus playas. Así, la Ordenanza Municipal de la Ciudad de Valencia sobre tenencia de animales,  publicada en el BOP de 28 de febrero de 1990, en su artículo 5, prohíbe la entrada y permanencia de animales “en piscinas públicas y playas ocupadas por sus usuarios” y tipifica como falta leve su incumplimiento, pudiendo ser castigado el infractor con sanciones que van desde el apercibimiento por parte de los agentes de la autoridad a una multa que puede oscilar entre 1.000 y 5.000 euros. Por su parte, la Ordenanza Municipal de playas y adyacentes, del  30 de abril de 2010, permite la presencia y permanencia en las playas valencianas de perros lazarillo incluso en horario de baños .

En la mayoría de playas de nuestro país  se  prohíbe la presencia de canes en horario habitual de baños (normalmente entre las 10.00 y las 19:00 horas) o durante la temporada de baño (entre mayo y octubre), siendo las playas de Alicante y Valencia las más permisivas. Pero también hay playas que permiten el acceso de perros sin ningún tipo de restricción. Entre estas últimas se encuentran en nuestra comunidad la Playa Punta del Riu Sec, en El Campello,  la Playa Can de Gandía y la Playa de Aiguaoliva, en Vinarós. En todas ellas se habilitan zonas para que puedan estar los perros.

Precisamente la habilitación de la playa para perros en El Campello ha suscitado la polémica entre sus vecinos, que se debaten entre el rechazo a dicha playa por parte de algunos y las felicitaciones al consistorio por parte de otros. Los primeros se quejan de las molestias que ocasionan los animales a causa de la, según ellos, ineficaz  delimitación de la zona para perros, lo que puede provocar problemas de limpieza e higiene e incluso de inseguridad para el resto de bañistas.

Los defensores de la zona habilitada argumentan que dicho espacio ni siquiera es considerado oficialmente como una playa, pues “es una desembocadura de un río, una zona llena de pedruscos por los que casi es imposible andar sin lastimarse”, que es utilizada prácticamente como “playa privada” por algunos vecinos, precisamente aquellos que protestan. No falta quien propone” una playa para adolescentes y festeros que ensucian con sus botellones bastante más de lo que ensucia una mascota” y quien considera dicha actuación del ayuntamiento  “ una muestra del progreso y de sociedades avanzadas”.

Si somos de los que decidimos llevar a nuestro perros a una de estas playas debemos tener en cuenta que a ellos ni les conviene ni les gusta tomar el sol cuando hace calor, por lo que debemos proporcionarle una sombra donde refugiarse, suministrarle agua para beber , mojarlo repetidas veces si hace mucho calor y controlar que no se quemen las almohadillas, lo que después le ocasionaría problemas al andar. Al llegar a casa no podemos olvidar ducharlo con agua dulce para eliminar la sal y la arena, poniendo especial atención entre los dedos.

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