La fallida investidura de Rajoy vaticina nuevas elecciones

La fallida investidura de Rajoy vaticina nuevas elecciones

El candidato popular, Mariano Rajoy, ha perdido la investidura para la Presidencia en la primera votación, que tuvo lugar ayer en un bronco y tenso debate en la jornada de réplica a su discurso del martes. El candidato del PP no consiguió los 176 apoyos que se necesitan. De hecho, como era previsible, tuvo 180 votos en contra y sólo contó con los síes de los 137 diputados de su partido, los 32 de Ciudadanos y el de Coalición Canaria, que suman 170 escaños.

Ahora, Rajoy tendrá que someterse a una segunda votación, según el reglamento, fijada para el próximo viernes, y en la que para ser investido con mayoría simple tendrá que contar con más síes que noes. Y tras el debate de ayer, con el contundente no de los socialistas, Unidos Podemos y demás partidos regionalistas, todo apunta a que habrá terceras elecciones generales.

El discurso de ayer tuvo dos protagonistas, todos los focos estaban puestos en Rajoy y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, este último sobre el que Ciudadanos y el PP han ejercido, en los últimos días, fuertes presiones para que forme parte de su acuerdo.

Y Sánchez no rompió con lo previsto. Mantuvo su negativa con una intervención contra la política del PP en estos últimos años, de la que dijo «suma letal de corrupción, mala gestión económica y recortes». Por eso, fiel a sus argumentos reiteró que «el PSOE votará en contra con total convencimiento, por coherencia con nuestro ideario político, por compromisos con nuestros votantes y por el bien de nuestro país». Sánchez también evidenció que no olvida y le recordó a Rajoy que en su día el PP votó en contra de su investidura.

Por su parte, el líder de Unidos-Podemos, Pablo Iglesias, esta vez fijó todas sus críticas contra Rajoy y Albert Rivera. Durante su discurso alabó “la resistencia” de Sánchez y le echó varios guiños, tendiéndole varios puentes para que intente un pacto con su partido. Algunas de sus declaraciones contra Rajoy fueron: «Que presuman hoy ustedes de un acuerdo con C’s que incluye medidas contra la corrupción es una burla indecente (…). Es mentira que ustedes vayan a combatir la corrupción porque ustedes son la corrupción”. Y con Albert Rivera su tono subió, calificándole de “marioneta gatopardiana de las élites».

Rivera se mostró más relajado y se limitó a defender su apoyo a Mariano Rajoy y a defender su acuerdo en su día con los socialistas. Se vendió como hombre de estado, pese a que dijo en varias ocasiones que no se fía de Rajoy. “La mayoría de los españoles no nos fiamos porque sus tesoreros y sus partidos están imputados. Porque no nos fiamos hay que poner condiciones. Prefiero exigir, cumplir y vigilar lo que hacen los que tienen que gobernar», señaló al respecto.

El resto de las fuerzas políticas tampoco fueron compasivas con Rajoy y le espetaron todo tipo de reproches. Rajoy, que también tuvo sus momentos de ataque a sus rivales, centró parte de sus argumentos aludiendo a su gestión, presumiendo, sobre todo, de logros económicos.

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