El candidato popular a la Presidencia, Mariano Rajoy, volvió a fracasar en la segunda votación para su investidura con 180 noes. El resultado, como era previsible, no varió la votación del miércoles, en la que sólo obtuvo el apoyo de los 32 diputados de Ciudadanos y uno de Coalición Canaria (170 diputados). Con este resultado, se abre un plazo de dos meses para intentar llegar a nuevos acuerdos y formar Gobierno. En caso de que no se consiga, se disolverán las Cortes, el próximo 31 de octubre, y se iniciará el proceso para unas nuevas elecciones el 25 de diciembre.
Como marca el protocolo, el primero en intervenir en la segunda sesión de investidura de ayer fue Mariano Rajoy, quien volvió a reiterar la necesidad de que España “necesita un Gobierno con urgencia” y que como se ha demostrado «no hay alternativa”. Volvió a ser contundente y a arremeter contra el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez: “Usted usa una colección de manoseados y reiterativos argumentos para no admitir el objetivo inconfesable de repetir las elecciones». Le reprochó que bloquee la situación política por acuerdos con grupos “extremistas” y remarcó que el país se encuentra en una “situación excepcional y sin precedentes”.
Durante su turno, Pedro Sánchez aseguró que único responsable de que puedan haber terceras elecciones es Rajoy. Sánchez le recordó que ha pasado de ser el presidente que obtuvo mayoría absoluta en las pasadas elecciones al presidente en funciones «peor valorado» y sin mayoría parlamentaria en el Congreso. Le acusó de “utilizar la crisis” para recortar los derechos sociales de los españoles. Terminó su discurso asegurando que “si actuamos con altura de miras, entre todos encontraremos una solución. El PSOE estará en esa solución», dejando abierta la posibilidad de negociar con otras fuerzas políticas.
El tercero a subirse a la tribuna fue Pablo Iglesias, en representación de Unidos Podemos, quien utilizó un tono, esta vez menos irónico pero sí más exaltado. Iglesias le replicó que no tiene derecho a hablar como el Estado “porque no lo es”. Le advirtió de que “tarde o temprano gobernaremos en este país» y «no será el caos, será normalidad democrática». A Pedro Sánchez le pidió que deje claro con quien quiere pactar. Le agradeció que haya plantado cara a algunos barones de su partido, partidarios de la abstención pero le echó en cara que no intente una alternativa con ellos.
Por su parte, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, se volvió a mostrar como el hombre con sentido de Estado y reconoció el fracaso de Rajoy, llegando a pedir perdón a los españoles. Es más, anunció que su partido queda “a la expectativa de que otro candidato del PP tenga una alternativa viable”. Por su parte, los partidos nacionalistas apenas variaron su discurso y reiteraron el no a Rajoy.
