Campos de regadío

Generalitat elabora un protocolo para comunicar daños en agricultura

La Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente trabaja en la elaboración de un protocolo de comunicación de daños en cultivos agrícolas por acción del conejo de monte y otra fauna salvaje para «actuar con mayor rapidez ante la previsión o aparición de daños significativos causados» por estas especies.

Según informa la Generalitat, establecerá vías eficaces de comunicación entre agricultores y titulares de los espacios cinegéticos, desarrollará y simplificará el procedimiento de comunicación de daños y de ejecución de actuaciones de control y aclarará funciones y responsabilidades de los agentes implicados.

En un comunicado, indica que la consellera Isabel Bonig, tras la constitución de la Comisión de Seguimiento de Daños provocados por la Fauna Salvaje, ha destacado que se trata de una de las medidas para «minimizar en lo posible los daños que la población de fauna salvaje pueda causar en cultivos e infraestructuras».

Este órgano está formado por representantes de las consellerias de Presidencia, Agricultura, Pesca, Alimentación y Agua, por la de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, que alternarán la presidencia, por la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, así como por miembros de la Federación de Caza, de los principales sindicatos agrarios y de Delegación de Gobierno.

Realizará un seguimiento de los daños de las poblaciones de determinadas especies, principalmente el conejo, en algunos cultivos y «buscará el consenso para poner en marcha las medidas necesarias».

Además del protocolo de comunicación de daños, la próxima orden de vedas para la temporada 2014-2015 contempla una reducción para el cálculo de rentas cinegéticas para algunas de las especies que generan los daños.

Por otro lado, continúan las actuaciones de control en los barrancos, como uno de los vectores de transmisión de las especies generadoras de los daños, a fin de eliminar o reducir la vegetación de aquellos enclaves en los que la propia vegetación facilita un incremento de los daños. Según las mismas fuentes, durante 2012 se actuó en 85.000 metros cuadrados.

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