En el estado español el 16% de la población supera los 65 años, porcentaje que seguirá en aumento en las próximas décadas. En este colectivo de edad, se presenta un síndrome geriátrico, habitualmente infradiagnosticado, conocido como el síndrome de caídas, cuyo origen es multifactorial y que se caracteriza por caídas recurrentes. Estas caídas generan a nivel mundial unos 424.000 fallecimientos anuales en esta franja etaria. De hecho, las caídas son la segunda causa principal de muerte por lesiones accidentales en el mundo, siendo los adultos mayores de 65 años el grupo de edad que sufre el mayor número de caídas mortales. Diariamente 15.000 ancianos sufren una lesión suficientemente grave para solicitar tratamiento médico.
Por este motivo, las caídas en la población anciana se consideran un importante problema biopsicosocial, generando una disminución de la movilidad y capacidad para realizar las actividades básicas de la vida diaria y aumentando el miedo a una nueva caída. Las caídas en el anciano son resultado del desequilibrio adaptativo del individuo respecto al entorno y son un factor de fragilidad en el anciano. Existen una serie de factores de riesgo, intrínsecos y extrínsecos, que incrementan el riesgo de caídas. Los primeros se relacionan con el proceso de envejecimiento y afectan a las funciones del equilibrio, propioceptiva, visual, musculo-esquelética y la cognición. Los factores extrínsecos son de tipo ambiental y ejercen un papel coadyuvante a los intrínsecos. El riesgo de caída de una persona aumenta con el número de factores de riesgo, desde un 8%, en personas con ningún factor de riesgo, al 78%, con presencia de 4 o más factores de riesgo. También juega un importante papel la medicación prescrita, especialmente benzodiacepinas, fármacos con actividad anticolinérgica, diuréticos y fármacos que provocan hipotensión ortostática. Por este motivo, es importante realizar una correcta valoración de las circunstancias vinculadas con la caída y una auditoria exhaustiva de los factores de riesgo de la misma. De esta manera, se puede evitar nuevas caídas y las graves consecuencias de las mismas.