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Los tratamientos de ovodonación reducen la tasa de aborto más de un 85%

Los tratamientos de ovodonación reducen la tasa de aborto más de un 85% y es que al alinear genéticamente a donante y receptora en pacientes con un perfil inmunológico particular reduce la tasa de aborto en más de un 85% en tratamientos de ovodonación.

Un estudio realizado por IVI y seleccionado en este congreso da como resultado una reducción de la tasa de aborto, que pasa de un 94% a un 8%, en el grupo de pacientes analizado.

La transferencia de más de un embrión con óvulo donado en ciertas pacientes influye negativamente en el pronóstico reproductivo, ya que el útero materno debe reconocer mayores fragmentos extraños presentados por el embrión (paterno y donante).

El estudio de IVI titulado “Maternal Killer-cell Immunoglobulin-like Receptor (KIR) and fetal HLA-C compatibility in ART- oocyte donor influences live birth rate” demuestra cómo una adecuada selección de donante de óvulos en función de la compatibilidad genética con el útero receptor permite reducir la tasa de aborto y los fallos de implantación en los tratamientos de ovodonación en más de un 85%, en la muestra de pacientes estudiada. Sobre esta base científica se cimienta el futuro de los tratamientos con óvulos donados, que pasa por aumentar la tasa de embarazo y reducir los problemas relacionados con este tipo de procedimientos, como la hipertensión o pre-eclampsia.

Con esta investigación hemos podido comprobar que cuando seleccionamos una donante compatible con el útero de la paciente receptora, se puede alcanzar una tasa de embarazo del 86%, frente al 31% obtenido cuando se trata de una donante desconocida, dentro de este grupo de pacientes. En el caso de la tasa de aborto, pasamos de un 94% en el caso de donante desconocida a un 8% cuando seleccionamos a una donante genéticamente compatible con el útero de la paciente, siempre atendiendo al grupo de mujeres objeto de estudio”, explica la Dra. Diana Alecsandru, inmunóloga de IVI Madrid y autora del estudio, junto al Dr. Juan Antonio García Velasco, director de IVI Madrid.

A nivel uterino, hay unas células que tienen unos receptores, denominados KIR, que ayudan a reconocer e implantar el embrión. La parte materna del embrión la reconocen por defecto, pero la paterna no, por lo que puede dificultar la implantación en ciertas pacientes, según su perfil genético uterino. Los receptores KIR deben encajar a la perfección con la parte paterna, y con la materna en caso de que el óvulo sea donado, ya que en este último supuesto el óvulo se comporta como extraño. El fragmento paterno embrionario o el fragmento de la donante, pueden ocasionar una falta de tolerancia o “rechazo” por parte de las células uterinas, portadoras de receptores KIR, cuando no los reconoce adecuadamente, debido a la incompatibilidad genética. En estos casos, el embrión no recibe la ayuda necesaria para implantar y se pueden dar fallos de implantación, aborto, retraso de crecimiento intrauterino e incluso pre-eclampsia.

El estudio, de carácter prospectivo, se llevó a cabo entre enero y diciembre de 2015, con una muestra de 30 mujeres –con etiología desconocida de fallos reproductivos recurrentes- que se sometieron a 112 ciclos de reproducción asistida con óvulos donados. Después de analizar los datos obtenidos, se pudo comprobar que cuando se da una incompatibilidad entre madre y parte paterna del embrión, al elegir una donante compatible con la madre y optar por la transferencia de un único embrión (Single Embryo Transfer, en sus siglas en inglés), aumenta la tasa de recién nacidos vivos (RNV) por ciclo, pasando de un 0% a un 82% en la muestra estudiada.

Y es que en este grupo de pacientes, la transferencia de más de un embrión influye negativamente en la implantación de los mismos, ya que el útero debe reconocer mayores fragmentos extraños que si sólo se transfiriera un único embrión. Si a ello le unimos el uso de óvulos donados, aumenta la proporción de fragmentos extraños a asimilar por el útero materno.

Este estudio abre una línea de investigación para trabajos con mayor tamaño muestral, como el que IVI está llevando a cabo actualmente con 200 pacientes, cuyos resultados podrían aportar grandes mejoras a la selección de donantes de semen y óvulos, haciendo este proceso más eficiente, seguro y con mejores resultados.

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