El proyecto, que puede contemplarse al completo en el portal de la Universidad de Rochester, consta de un prototipo de sujetador que contiene sensores de quita y pon que son capaces de monitorizar la actividad cardíaca y de la piel para dar una indicación sobre el estado anímico de su portadora.
El objetivo del estudio era averiguar si las prendas de ropa con tecnología incorporada -electrocardiograma, sensores de actividad electrodermal, acelerómetro y giroscopio- podría prevenir desórdenes alimenticios causados por el estrés.
El uso de un sujetador como experiencia piloto se debe a la cercanía al corazón, «lo que nos permitió recoger datos del electrocardiograma», según los investigadores. La experiencia al intentarlo con una prenda de ropa masculina fracasó al estar alejada físicamente del corazón.
Según recoge la BBC, los datos recogidos se centralizan en una aplicación para ‘smartphone’ para recalcar cuándo podría producirse un momento de ‘comida emocional’. Las mujeres que se sometieron a la prueba de este invento registraron sus emociones seis horas al día durante un periodo de cuatro días.
«Era tedioso para ellas llevar nuestro prototipo, dado que los sensores debería recargarse cada tres o cuatro horas», explicó Asta Roseway, investigadora de diseño jefe de Microsoft.