Miles de judíos encienden la primera vela de Janucá

«La Janucá llega una vez al año, trayendo historias de días antiguos; contando la historia maravillosa de cómo la lámpara [del Templo] quedó encendida durante ocho días completos aunque contenía aceite para un solo día»

Celebrada durante ochos días, consecutivos, el Janucá Fiestas de las Luces o Lucernarias – conmemora la derrota de los helenos y la recuperación por los macabeos la independencia judía así como la purificación del Templo de Jerusalén, en el siglo II a.C. La tradición habla de un milagro, ocurrido con uno de los candelabros del Templo que prendió durante ocho días consecutivos con una cantidad de aceite que, principalmente, sólo alcanzaba para un día. Ello dio origen a la principal costumbre de la festividad: encender de forma progresiva un candelabro de nueve brazos – conocido como januquiá– uno por cada día y un último brazo que sirve para ir encendiendo el resto.

La festividad tiene lugar el 25 de Kisley, del calendario judío, que acontece a finales de noviembre principios de diciembre. Este año tiene lugar el anochecer del 27 de noviembre. La comunidad judía repartida por todo el mundo homenajea en familia o en eventos públicos esta fecha tan especial. Miles de judíos, en apenas unas horas, encenderán la primera vela del januquiá y dará comienzo el primer día de la festividad del Janucá.

Después de siglos sin celebrarse públicamente esta fiesta en España, cada vez son más las ciudades que se suman al encendido del Januquiá en la calle y espacios públicos como plazas. En la ciudad de Valencia, la comunidad judía se dará cita la tarde, a las 19,30h,  del 27 de noviembre en la Plaza de los Pinazos para realizar un homenaje público, encender la primera vela del januquiá y empezar con las celebraciones del Janucá de este año. 

 

La Plaza de los Pinanzo enclave de influencia judía

El encuentro tiene una ubicación con una clara influencia judía: la Plaza de los Pinazo. Este enclave de la ciudad fue conocido como la antigua Plaza del Picadero hasta 1912 que pasó a llamarse Plaza del Pintor Pinazo, en homenaje al famoso pintor valenciano para finalmente ser conocida como de los Pinazo, en recuerdo a Pinazo padre e hijo. Por dicho lugar discurría la muralla cristiana –mandada construir por Pedro el Ceremonioso y destruida en época de Isabel II por el Gobernador Civil del Reino, Cirilo Amorós. Justo en dicho emplazamiento se encontraba la que fuera Puerta de los Judíos que debía su nombre por su proximidad a la judería valenciana y su cementerio. El fin de la industria sedera dejó a muchos valencianos sin trabajo por lo que se procedió al derribo de dicha puerta para abrirse a la ciudad e incorporarse al primer ensanche de la ciudad. 

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