Oh, oh… llegan las rabietas navideñas

 

Aunque las rabietas sean las aliadas de los peques y nuestras más aférrimas enemigas, como dice Laura Cifuentes, psicóloga y autora del blog Escuela de Superpadres, hay que tener en cuenta que La pataleta forma parte del desarrollo normal de los niños” por lo que no se debe convertir en un problema.

Así que para que estas fiestas no nos pillen los peques por sorpresa, la psicóloga Laura Cifuentes nos da unos pequeños trucos para poder prevenir las pataletas con mayor facilidad.

 

¿En qué franja de edad son más comunes las rabietas?

Las rabietas infantiles suelen empezar a aparecer entre los 2 y los 4 años de edad, y digo suelen, porque este comportamiento forma parte del desarrollo normal del pequeño, ya que con ellas están aprendiendo a autorregularse emocionalmente. En la mayoría de niños y niñas, las rabietas desaparecen progresivamente entre los 4 y los 5 años.

 

¿Qué se puede hacer para no terminar gritando y peleando con ellos?

Para prevenir algún mal comportamiento y terminar “peleando” con ellos, en los niños funciona muy bien el uso de normas. Anticipándoselas, ellos saben dónde están los límites entre lo que pueden hacer y lo que no, además de cuáles son las consecuencias positivas y negativas de cada una. Pero para ello, las normas deben ser lo más claras y concretas posible. No es lo mismo decirle “Pórtate bien cuando salgamos de casa” que “Ves de la mano de la mamá”, “No cruces la calle solo” y “No te le alejes de mí hasta que lleguemos al parque”.

 

¿Es bueno dejarles que tengan su pataleta?

La pataleta forma parte del desarrollo normal de los niños, pero podemos ayudarles a gestionarla, que no se convierta en un problema o que no sea un motivo más para castigarles, a pesar de que surgirán tales reacciones emocionales intensas aunque incomoden al adulto.

En cuanto a dejarles o no mientras están teniendo la rabieta, las opiniones están divididas. Hay quienes apoyan que es mejor dejar al niño llorar solo y esperar a que se calme y se le pase, pero bajo mi experiencia, eso pueden generar consecuencias en su regulación emocional futura. No significa reforzar ese comportamiento con nuestra atención, pero tal y como haríamos entre adultos, yo recomiendo escucharle, empatizar y hacerle saber con palabras simples que entendemos lo que le ocurre, pero esa no es la mejor forma de reaccionar. Por último, le ofrecemos una alternativa.

Cuando se haya calmado ya podremos decirle que ese comportamiento no nos ha gustado, porque mientras la emoción esté activada, el nivel para poder razonar es más bajo. 

 

Gema Marí

Periodista+Educadora Infantil

@gemari

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