Valencia se suma al ganchillo solidario

La plataforma Tejido Social Valencia ha convocado una ‘quedada’ para tejer medio centenar de mantas destinadas a los sin techo de la ciudad. La cita será el próximo 8 de marzo en el viejo cauce del Turia, junto al Palau de la Música. Lo único que deben llevar los participantes son agujas y lana.

Valencia se suma así al ganchillo solidario que se practica, especialmente por grupos de mujeres aficionadas al punto, en otras ciudades españolas como Mallorca o Vitoria. Se trata en todos los casos de confeccionar prendas de abrigo, mantas, gorros o guantes que se reparten después entre las personas que viven en la calle.

La acción se enmarca en el Proyecto Mantas 2014 promovido por Tejido Social Valencia por segundo año consecutivo. La primera convocatoria es solo el arranque de la iniciativa que se desarrollará hasta el próximo mes de octubre.

Para esa fecha, los organizadores confían en haber reunido los 12.000 cuadrados de ganchillo de 10×10 centímetros o de 20×20 centímetros con los que, una vez cosidos, se elaborarán las prendas de abrigo.

Esta acción solidaria tiene carácter internacional, ya que aquellos que vivan fuera de Valencia pero quieran aportar su grano de arena pueden enviar sus obras a los puntos de recogida que se han habilitado en la ciudad. «Incluso una persona que vive en Francia ya nos ha escrito interesándose por la forma de hacernos llegar sus cuadrados», apunta Ana Arellano, miembro de la plataforma. Los puntos de recogida son las tiendas ‘Al sol, a mano’, ‘Chè que mona’, ‘Mikita la pena’ y ‘La tela de araña’, todas dentro de Valencia.

Si el problema no es de residencia, sino de falta de habilidad con las agujas, los promotores del proyecto han previsto la donación de lana para aquellos que no sepan tejer pero que quieran ayudar de alguna manera a los vecinos que se ven obligados a vivir en la calle. «Aceptamos donaciones de lana para llevar a las quedadas y que la gente que sí que sabe tejer y está acostumbrada a hacerlo pueda hacer cuadraditos con esas lanas», añade Arellano.

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