UN PARTIDO POLÍTICO NUEVO.

UN PARTIDO POLÍTICO NUEVO.

Que a una reunión previamente acordada entren nueve partidos para intentar llegar a un acuerdo de coalición y salgan de esta reunión 10 partidos es algo que solo puede suceder en Valencia. 

Y así ha sucedido según fuentes a las que ha tenido acceso ValenciaNews, porque hasta nueve fueron las siglas que estuvieron en una mesa y que aceptaron hablar, lo cual ya es un logro, y debatir sobre la conveniencia de hacer fuerza común un frente común valencianista, otros dos declinaron la oferta y ni tan siquiera quisieron participar. 

Ante esta situación se abren en Valencia muchas incógnitas que serán resueltas en los próximos meses y que seguirán sembrando la más que posible decisión del “voto útil”,  provocando una concentración de estos votos en los partidos que hasta ahora tienen representación institucional, en los ayuntamientos y en Corts Valencianes. 

Todas las razones expuestas en las reuniones se pueden entender, pero cuesta entender y hacer entender al ciudadano medio que madruga día a día para ganarse el pan, que las diferencias mínimas no permitan que ganen la convergencia mayoritaria de las propuestas allí presentadas. 

Algunos de los partidos nunca han concurrido a ninguna elección. Otros sí, pero con resultados pobres y exiguos que no permiten ningún alarde de supremacía, Los dos que declinaron participar apenas llegaron al 20% de lo necesario para poder optar a representación y sueñan con conseguirlo el año que viene.

Sea como fuere, estos vaivenes benefician a los cinco partidos grandes que se frotan las manos pues no se ven absolutamente amenazados en ningún momento. Son conscientes que mil “likes” en las redes no garantizan nada y esos likes son luego olvidados cuando se encuentran delante de las urnas para depositar su voto. 

Se vislumbra una reaparición de Juan García Sentandreu pero con dudas sobre sus verdaderas intenciones. El relativo éxito del pasado 11-N no le garantiza unos buenos resultados como ya le sucedió en el año 2007 donde se pegó de bruces contra la realidad valenciana y la poderosa figura de Rita Barberá.  

Ahora, con un PP renqueante pero con fieles seguidores, con un Ciudadanos crecido con una influencia cada día más grande y con un tripartito que le queda de vivir juntos lo que queda de legislatura, viendo que el PSPV puede volver a capitalizar el voto de la izquierda, la opción valencianista se antoja inverosímil y más dispersa que nunca. Aunque nos llega que lo que realmente busca la mayoría de los diez es el voto “español” de los valencianos. Pero este voto tiene dueño y no anida en ninguna de estas nueve o diez formaciones. 

Nos informan a la redacción del diario que el nombre del nuevo partido no será Mi Tierra CV y que el nombre con el que salga al aire lo harán público cuando ya lo tengan registrado para evitar injerencias ya habidas en alguna ocasión. Así como los integrantes de la cúpula que se dará a conocer cuando la Junta Electoral Central lo apruebe.  

Pero su trabajo a pie de calle se iniciará pasadas las fiestas de Semana Santa y tratarán de vender al electorado que son savia nueva y son valencianos “metidos a políticos” por la necesidad que ven en Valencia de esta figura después de observar a “políticos metidos a valencianos” como reza en el comunicado que emitieron por las redes sociales para anunciar su nacimiento. 

La sensación general es que el valencianismo está hace muchos años en la UCI, que en mayo de 2019 puede morir definitivamente y que  los doctores que lo atienden no se ponen de acuerdo en cómo revivirlo, aunque se busca un “Cavadas” que haga milagros en el enfermo. 

El tiempo dirá, pero mucho, no queda. 

 

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