El campo valenciano pide una rebaja fiscal por el conflicto de Ucrania

El mes de agosto de 2014, el presidente de Rusia, Vladimir Putín, impuso un veto a las exportaciones en su país, en represalia por las restricciones impuestas a su país por Europa como consecuencia de su posición en el conflicto con Ucrania. Desde su anuncio, el campo valenciano ha estado pagando esta decisión, carente de ayudas fuertes y con una serie de pérdidas que, de momento, no tienen solución inmediata.

Esto se ha traducido en una merma de las exportaciones, sobre todo del sector hortocitrícola valenciano que ha visto como se le cerraban las puertas de un mercado importante a la hora de vender la naranja o mandarinas.

Las exportaciones a Rusia representan un 2% del total de venta exterior de los agricultores valencianos, que desde que entró el vigor el veto no ha podido cubrir y ha creado un excedente de casi 700.000 toneladas de fruta que han tenido que ser retiradas del mercado dirigiéndolas a obras benéficas o al sector alimentario animal. Por estas acciones sólo han recibido 1,3 millones de ayuda dese la Unión Europea, una cifra que para el presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA), Cristóbal Aguado, en declaraciones a Valencia News, “no es solución para atajar un problema como el que está viviendo el campo valenciano”.

En este sentido, cabe recordar que además del veto, la sequía, el precio de luz y agua para el riego y los impuestos que se derivan del campo, agravan aun más la situación de una agricultura mediterránea, que para Aguado “es la gran discriminada en la Unión Europea”.

Pero volviendo al tema del veto ruso, Cristóbal Aguado apunta que “no se ha llegado a ninguna solución concreta” aunque el gobierno español alce la voz en Bruselas. “Comprendemos que el gobierno acate la poca ayuda recibida, porque son decisiones políticas. Pero hay que tomar esas decisiones mirando en la defensa de los agricultores y ser más incisivos en Europa”, apunta Aguado.

NO BASTA CON EL MERCADO INTERIOR

“Hemos incentivado el consumo interior, pero no es suficiente” remarca Aguado. Y es que no sólo el agricultor vive del mercado nacional, si no que tiene que apoyarse en un intercambio comercial con países productores” que ahora mismo son más competencia que colaboradores. “Hay países como Alemania o Polonia que tampoco pueden exportar a Rusia, por lo que sus productos frescos como peras o manzanas, se convierten en directa competencia con la fruta valenciana”, asegura Aguado. Además, apunta que por este motivo, es necesario más presión en reclamar ayudas, porque “estamos en desigualdad con estos países”.

Para el presidente de AVA “el mercado se ha hecho más duro y difícil” por lo que es necesario una reforma fiscal para hacer frente al veto y a esta situación de difícil comercio e impuestos. En este sentido, Cristóbal Aguado recuerda que “en la reunión con Montoro se pidió con urgencia la rebaja fiscal para el campo, así como un plan estratégico para los cultivos de regadío” con el objetivo de conseguir una reducción de precios en el agua y luz utilizadas.

Además, se unen a la campaña de promoción interior de cítricos y caquis iniciada por la Generalitat el pasado mes de noviembre, “con el que intentamos frenar, de alguna manera, las pérdidas generadas por el veto ruso”, indica Aguado.

SE AGRAVA LA SITUACIÓN

Ante el encrudecimiento de la situación entre Rusia y Ucrania en los último días, los agricultores vuelven a poner la vista en aquella región. No obstante, ante la cumbre anunciada por EE.UU. en Minks para una soluciónn al conflicto, se le suma la caída de la bolsa y las posibles consecuencias para las exportaciones, ya que según las decisiones que se adopten se endurecerá o se levantará el veto ruso.

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