Final de verano, principio del divorcio, muchas de las separaciones actualmente se dan tras periodos largos estivales; el cambio en los hábitos de la pareja y las largas horas de convivencia a diferencia que el resto de periodo “laboral”, hacen mella en las relaciones conyugales, provocando que el mayor índice de divorcios, se presenten en los juzgados después del verano. Estos periodos de “larga convivencia” están influenciados por acusaciones y reproches mutuos, e incluso desgraciadamente por agresiones hacia alguno de los dos cónyuges. A todo esto hay que añadirle que los hijos suelen ser testigos de las desavenencias entre los padres.
Valencia News, Alicante News y Elche News se ha puesto al habla con el psicólogo Tony Crespo, y nos ha contado que los divorcios vienen después del verano y como afrontarlo. Crespo nos aconseja, “Lo primero que debemos tener en cuenta es que en cualquier separación, no es igual para dos personas, cada uno lo vive y lo expresa de forma muy diferente; el miedo a la soledad y el cambio que supone asumir que la unión no fue para toda la vida es una de las expresiones más usuales, e incluso la no-relación a través del odio forma parte del repertorio de modos de sentir y actuar, pero también están las personas que aceptan que esa relación llegó a su fin por el bien de los dos y deciden, de la forma más saludable posible seguir adelante por caminos diferentes.”
Tony Crespo también nos ha hablado sobre poderse divorciar bien y es que, a las personas que se encuentran en el transcurso del divorcio les fluyen pensamientos que les produce mucho malestar, como que no eligieron bien a sus parejas e incluso que debían de haber “seguido” con la unión a toda costa… ¿Pero es posible una separación sin dolor?. La idea de separación no tiene por qué ser sinónimo de dolor, sino que existe la posibilidad de cerrar un capítulo de nuestras vidas y al mismo tiempo ver que se abre ante nosotros no solo uno, sino multitud de ellos, de los que solo nosotros somos los dueños y guionistas. Aunque ésta no esté exenta de tristeza si pensamos de esta forma el conflicto no terminará en una “ataque sin cuartel” para todos las partes. La forma en la que les explicamos a nuestros hijos que papá y mamá, ya no se quieren y ya no van a vivir más juntos, es y debe de ser clave para evitar que sea un motivo importante de conflicto. Los padres sienten la obligatoriedad de explicarles a sus hijos lo que para ellos seguramente sea dificultoso o casi imposible de aclarar; pero deben considerar que no solo existe una manera correcta de hacerlo, sino que una explicación debe de ser válida y entendible para su conocimiento infantil.
Crespo nos cuenta, “Por mi experiencia profesional, opino que la mejor manera de explicarles esto a nuestros hijos e hijas, es que los padres les hablen a la vez, diciéndoles que han pensado que vivir juntos en ese momento no es la mejor opción para ellos y que por ese motivo decidieron vivir separados, sin entrar en más detalles específicos ni sentimentales. Al mismo tiempo, estas palabras serán el principio de varias transformaciones que se realizaran junto a ellos y as, no olvidemos también, que como seres implicados que son, tienen todo el derecho de plantear todas aquellas inquietudes que se les presenten, por eso es importante brindarles la posibilidad de hacerlo sin ponerles ningún tipo de traba, ya que ellos los que más necesitan en estos duros momentos es que se les escuchen y que los tengan en cuenta, incluso más aún que imponerles una versión general sobre las separaciones. Lo importante no es explicar o contestar a todo, sino estar conectados afectivamente en esa situación que los implica.”
La figura del Mediador Familiar está tomando un papel clave en los conflictos familiares, como un Sistema Alternativo de Resolución de Conflictos. Alternativo porque es extra-judicial o diferente a los canales legales o convencionales de resolución de disputas. La mediación es un intento de trabajar con el otro y no contra el otro, en busca de una vía pacífica y equitativa para afrontar los conflictos, en un entorno de crecimiento, de aceptación, de aprendizaje y de respeto mutuo.
Consiste en un proceso voluntario, flexible y participativo de resolución pacífica de conflictos, en el que dos partes enfrentadas recurren voluntariamente a una tercera persona imparcial, el mediador, para llegar a un acuerdo satisfactorio.
Según el psicólogo, una vez concretada la separación, es muy importante aclarar que el cambio que implica la separación de los padres no quede asociado exclusivamente con régimen de visitas, repartición de bienes y alimentos. Esos son procedimientos judiciales y la regulación de los modos de vincularse requiere de otras maneras de pensar.
La desvinculación propia de la pareja y la nueva etapa de convivencia entre padres e hijos, implica un trabajo de construcción y no de destrucción, los padres y los hijos pueden combinar y compaginar sus nuevos modos de estar juntos, e incluso con nuevos “papas y mamas” o nuevos “hermanitos”.
Así mismo tony crespo remarca, “no debemos olvidar que tras una separación con menores implicados, esta tiene su causa-efecto, que se dirime a través de los hijos como testigos de los conflictos entre los padres. Ellos pasan a ser parte de un proceso de judicialización en el que la vida de las familias está regulada por representantes legales y por los juzgados, por eso repito e insisto que siempre que se pueda crear un dialogo conciliador y maduro será la mejor manera de encarar la nueva vida paterno-filial. Estamos en un momento de cambios sociales y en la actualidad existen muchas maneras de construir parejas y familias, los hijos van viviendo con los padres los procesos de cambio, por eso cuanto más estas personas den cuenta con naturalidad de la nueva situación mejor irán compartiéndolo con sus hijos.”
Los amigos se separan, los padres se separan… pero en la construcción de nuevos proyectos vitales y amorosos puede estar la verdadera clave.