Un tour por la vida de valencianas ilustres

Desde Viria Acte, una escultora de la Valencia romana, hasta Elena Just, que vió la proclamación de la República, y desde el Convento de la Trinidad hasta la plaza del Ayuntamiento, los valencianos pueden descubrir la ciudad a través de la historia de las mujeres más relevantes que nacieron y vivieron aquí.

La iniciativa ha sido puesta en marcha desde este mes de enero por Valencia History Tour y consiste en una visita guiada teatralizada con parada en una veintena de lugares históricos de la ciudad que sirven de excusa para contar la vida de aquellas mujeres que pese a las dificultades que encontraron en cada época lograron un lugar en la historia.

No son muchas, apenas una docena, tal y como explica David Herrera, actor, licenciado en Historia y responsable de la empresa turística valenciana. «La historia está escrita por hombres y para hombres, así que no ha sido una labor fácil, pero me he encontrado con casos curiosos». La historia que más ha sorprendido al propio guía es la de una inventora del siglo XVIII, María Inés Pomares, que ideó un nuevo método para hilar el cáñamo y que vivió en la Plaza del Conde de Carlet.

La dificultad de este proyecto radica, además de en el escaso protagonismo que la historia ha concedido a las mujeres en la ciudad, en poder situarlas en el ámbito del centro histórico. De esta forma, cada nombre de mujer está asociado a un lugar. Como el de Viria Acte, la liberta nacida en el año 90 que tenía un taller de escultura en lo que hoy la plaza de la Almoina y a la que levantaron cuatro esculturas conmemorativas. «Siendo una antigua esclava, le tuvieron que ir muy bien las cosas para levantar un taller en el Foro y que se le reconociera de esa manera», explica Herrera.

Esta nueva ruta se une la de la Valencia gótica, renacentista y modernista, que Herrera guía desde hace cinco años que creó su propia empresa porque, justifica, «ya es hora de conocer y recuperar del olvido a las mujeres de Valencia que también hicieron historia, pese a que no se lo pusieron nada fácil».

El recorrido de dos horas a pie parte del Convento de la Trinidad, para conocer a Sor Isabel de Villena, con paradas cada cinco minutos en la plaza de la Almoina, los baños del Almirante, la iglesia de San Esteban, la plaza del Arzobispo, de la Reina, la iglesia de El Salvador, en el Palacio de Marqués de Campo y con final en la plaza del Ayuntamiento, donde la protagonista a Elena Just, quien se hizo popular por su reivindicación del papel de la mujer en la sociedad y de la clase trabajadora.

El narrador, en este caso es un guía del siglo XXI que viaja acompañado únicamente de una maleta de la que echa mano para sus sorprendentes caracterizaciones, «la mayoría de mujeres».

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