La museógrafa de la Basílica, Mª Ángeles Gil, ha afirmado que este año ha aumentado el número de visitas respecto al anterior, dado que «la gente conoce cada vez más la existencia del museo, gusta mucho al público que lo visita y funciona el boca a boca».
Según Europa Press, el Muma recoge cerca de 400 obras de arte que se conservan en torno a la patrona, desde el Renacimiento hasta el Modernismo, y sobre la historia de la imagen de la Basílica y de su archicofradía que han sido recibidas a lo largo del tiempo por feligreses y devotos como donativos y ofrendas a la Virgen de los Desamparados.
Las últimas piezas que se han incorporado a la colección son la arqueta sagrario eucarístico de la Basílica, del siglo XVII, y los dos cuadros de la Virgen de los Desamparados restaurados por el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Generalitat, uno del pintor valenciano Vicente López y otro de autoría anónima, que estarán expuestos hasta el próximo mes de septiembre.
Además, el museo expone entre otras obras de arte y documentos el decreto del Rey Fernando el Católico, firmado en Barcelona en 1493, por el que la advocación de la Virgen recibió el título de Nuestra Señora de los Inocentes y de los Desamparados, así como documentos fundacionales de cuando la Virgen fue declarada patrona de Valencia o cuando la capilla fue elevada a rango de Basílica.
Igualmente, se muestran paneles cerámicos de la Virgen del siglo XVIII, objetos de ceremonia como incensarios, custodias, mantos, textiles, grabados y rosarios, así como pinturas de los valencianos Mariano Benlliure, Salvador Tuset y Ramón Stolz, del siglo XIX y XX.
Segunda Fase
Después de la inauguración de la primera fase, el Muma abrió su segunda y última fase en febrero de 2012 con más piezas nuevas, entre las que destaca la talla original de la primera imagen peregrina de la Patrona, del año 1946, del escultor Carmelo Vicent.
Asimismo, incluye capotes de toreros bordados y ofrecidos a la Patrona, casullas de los siglos XIX y XX, sellos marianos y pectorales del cardenal Juan Bautista Benlloch y de los arzobispos Marcelino Olaechea y José María García Lahiguera –del que se conserva, además, un báculo–.