Alcaraz necesita la ayuda que Mendilíbar no tuvo

José Luis Mendilíbar siempre pidió un equipo que hablara dentro del campo, así se lo hizo saber a sus futbolistas. Un equipo que jugara junto, que presionara con intensidad. Algo que no vimos en las primeras ocho jornadas de liga.

El entrenador vasco, con elegancia pero sin pelos en la lengua, dejó algo claro en rueda de prensa: “Yo me quedo con lo bueno, Iván, Camarasa, Toño, Rubén, Morales es el nuevo Levante, tiene que ser el nuevo Levante. El Levante ha hecho muchos años buenos y ahora tiene una camada muy buena de futbolistas y es ahora de lo que se tiene que aprovechar. En ese sentido el futuro del club es halagüeño. Al final lo que cada uno haya hecho malo o bueno está en sus conciencias. Yo me habré equivocado, pero lo he hecho prensando en el bien del grupo”.

El mal momento del equipo no solo tiene un culpable. Quico Catalán también destacó públicamente que la plantilla tenía su parte de culpa. Ahora que la dirección deportiva ha actuado, es el momento de que los jugadores llamados a ser importantes en la plantilla den en el terreno de juego lo que se espera de ellos.

Porque en Vigo no se le puede echar la culpa a Lucas Alcaraz. Cambió el estilo sí, volvió a Levante defensivo. Pero lo cierto es que las sensaciones fueron las mismas: el equipo ni atacó, ni defendió. Un pobre informe le habrá quedado a la dirección deportiva sobre ese encuentro.

La secretaria técnica ya ha hablado, ahora toca que el equipo responda. Que los pesos pesados sumen. El comodín del entrenador ya se ha terminado. El jugador, o los jugadores que tengan que levantar la voz, lo deben hacer para sumar.

Almería es clave en el calendario granota. Después de ese partido llegan rivales como Sevilla o Valencia. El Levante tiene que reaccionar y el margen que tenía antes se esfuma a medida que transcurren las jornadas. La situación es preocupante, demasiado para un equipo que en los último años había tenido la estabilidad como bandera.

Foto: Jorge Ramírez / Levante UD

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